No es una gran película.
No es uno de los mejores musicales que se hayan hecho.
Su historia es el clásico cuento del triunfo, el fracaso, las envidias y la caca pintada de purpurina que es el show business, que decía Estela Reynolds. No es para tirar cohetes.
Pero sin duda es una película entretenida, lujosa, con buenos actores (hasta Beyoncé está bien, aunque no se puede comparar con la arrolladora presencia de Jennifer Hudson; merecidísimo Oscar el suyo), canciones estupendas interpretadas por voces excepcionales y, en general, un buen rollo, un mensaje optimista y un amor por la música que son de agradecer y sin duda emocionarán a los más fans de la música negra.

Lo mejor: Jennifer Hudson y las canciones (sobre todo One night only)
Lo peor: No es nada del otro jueves. En teatro seguro que gana más.