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Dreamgirls

Musical. Drama Ambientada en los años 60 y 70. Effie, Deena y Lorrell forman un prometedor grupo musical llamado The Dreamettes. El ambicioso agente Curtis Taylor (Jamie Foxx) las descubre durante un concurso y les ofrece la oportunidad de su vida: hacer los coros para el famosísimo James "Thunder" Early (Eddie Murphy). Poco a poco, Curtis empieza a controlar el aspecto físico y la música de las chicas para acabar lanzándolas como The Dreams. Pero los ... [+]
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Críticas 68
Críticas ordenadas por utilidad
4 de febrero de 2007
40 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en un musical de Broadway, “Dreamgirls” habla de temas con los que frecuenta y lidia el cine comercial: avaricia, resentimiento y amor, pero también habla de dinero. De ‘eso’ que compra tu entrada en las radiofórmulas, que cambia la formación de un grupo por intereses comerciales y deja por el camino de las ventas y el éxito a un pedazo de voz.

A Beyoncé le debe sonar mucho todo esto por las disputas internas de Destiny's Child que depararon un cambio de integrantes y precisamente ese es uno de los aciertos. Jennifer Hudson y su voz otro, pero el definitivo descubrimiento de Bill Condon ha sido dar la envoltura que precisaba el proyecto: voces y actores reunidos en un musical en sus dos vertientes, la de recrear una época musical con reminiscencias reales (Diana Ross, las Supremes o Jackson Five entre otros) y empapar la historia con un musical en toda regla, los personajes manifiestan sus emociones y se dan la replica con canciones.

Los números musicales son muy buenos e intensos, los actores están estupendos con mención especial para Hudson y Murphy y sigue la estela de otras producciones similares desde el éxito de “Chicago” o “Moulin Rouge” y el revival musical en forma de biopics. O lo que es lo mismo, éxito de taquilla y nominaciones a los Oscars asegurados.

Tal vez Condon haya incluido demasiados personajes con sus respectivas tramas y en ese aspecto “Dreamgirls” no se centra del todo como debiera quedando descompensada y desenfocada. Pero su peor defecto, pese a ser interesante y recomendable, es que habla sobre el alma (musical o no) pero en el fondo carece de la misma, aunque posee cierto encanto y poso de buen cine comercial, muy por encima de la media, para perdurar durante un lustrito. Después ya veremos si “Dreamgirls” sigue sonando en nuestras radiofórmulas o fue un disco de un solo single.
Maldito Bastardo
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10 de marzo de 2007
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película no es solo un musical desde principio a fin, sino que en ella podemos encontrar diálogos entre los personajes bastantes interesantes. Es una mezcla de ambos géneros, muy bien llevada, donde los diálogos nos adentran en la historia y nos enseñan lo mas básico de esta película, pero que utiliza la música para los sentimientos, ya sea un sentimiento de alegría que uno triste y desgarrador, y con la canción lo que consigue el Sr. Condon es que esos sentimientos nos lleguen con mas fuerza y vitalidad, y así hacerla mas intensa.

La película en sí, esta muy bien llevada, contándonos una historia lineal de lo que fueron el famosísimo grupo de The Dreams, desde sus comienzos hasta su final, donde hubo de todo, desde momentos memorables hasta momentos terribles entre los componentes. Además nos enseña esta película, la desgarradora realidad que existía en aquel tiempo, donde existía el plagio sin ningún pudor, donde el dinero podía hacer maravillas con cualquier cantante, donde los negros tenían que sudar mas que un blanco para poder triunfar, donde los negros tenían vetado la entrada a ciertos sitios, etc... Todo esto y más hacen que la película sea más interesante de ver y de no ir perdiendo detalles, donde es difícil aburrirse ya que una situación sucede a otra.

Añadir también, que el vestuario ,y removiendo imágenes del pasado, están muy bien logrados, intentando copiar hasta el mínimo detalle de todo lo que era aquella época, y no solo en la ropa, sino en los coches , en los carteles de los restaurantes, etc... Es por ello, que al espectador le llena más y hace que se sienta mas identificado con aquella época, y al mismo tiempo sienta con más fuerza la película.

Respecto a los actores, Jamie Foxx para mi gusto, esta muy por debajo de lo que esperaba, porque una vez visto Ray Charles, pensaba que en esta lo tendría mas fácil, pero hay momentos que se le ve mover los labios, pero no se le escucha y en otros desafina como un gallo en la granja, y es que como actor nadie duda de su calidad, pero a la hora de cantar, deja mucho que desear.
Otra que hay que destacar, y para mí, la mejor de la película, es la Srta. Hudson, ganadora de un oscar a mejor actriz secundaria, y es que esa voz llena de fuerza y única a la vez, llena ella sola la pantalla, donde hay momentos que es ella la actriz principal, relegando a todos/as a un segundo plano y donde nos deleita y nos deja con ganas de seguir escuchándola.


En fin, una película, qué merece la pena verla, no solo porque es la biografía de este grupo musical, sino por ver con la intensidad y sentimentalismo que pone la srta. Hudson en cada una de las canciones.
Ranxomare
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23 de junio de 2007
40 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas tan huecas, tópicas y previsibles como “Dreamgirls” suelen salvarse de la quema, de la implacable crítica oficial que enaltece o envilece todo cuanto pasa por sus manos. La verdad es que la peli tiene algunos momentos y diálogos vergonzantes, muchos de ellos con esperpénticas reminiscencias a “Lluvia de estrellas”, “O.T.” o “Fama” con aspiraciones de biopic ficticio incluídas en el pack. Por lo visto, una más que encomiable producción, unos números musicales verdaderamente potentes y unas interpretaciones “secundarias” de cierto postín han maquillado extraordinariamente las ostensibles carencias de una película que, sólo con ingentes dosis de generosidad, podemos calificar de “pasable”.

La debutante Jennifer Hudson se nos muestra exultante, pero sólo cuando arrasa en el escenario con ese prodigioso torrente de voz. Eddie Murphy, correcto a secas, rentabiliza al máximo su talento. Parece que por no hacer el cenutrio en un par de secuencias sea obligatorio darle el globo de oro. En fin... Jaime Foxx cumple el expediente, sin más, y Beyoncé... ¡Qué podemos decir de Beyoncé sin resultar hirientes!. La Knowles es una cantante excepcional, eso no se lo voy a descubrir a nadie, con un cuerpo de diosa y un encanto natural envidiable. Sin embargo, su papel en “Dreamgirls” es plano, vacuo, insignificante. Sí, claro... ella es Deena, la diva, la star system..., pero a mi no me llega ni un ápice de su magnetismo... cuando suelta el micro.

Única y exclusivamente indicada para espectadores poco exigentes en lo que respecta a los parámetros básicos que rigen cualquier trabajo cinematográfico y para adictos, fanáticos y obsesos de la música negra como un servidor. Si tus afinidades musicales coinciden con las mías –sobretodo si adoras el “Motown sound”- disfrutarás como un becerro/a viendo la peli. Si no es el caso, desiste.

Carnaza para fusiladores en el “spoiler”. A todos los demás, un saludo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Taylor
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8 de abril de 2009
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El delirante mundo de los que triunfan en la música suele ser como el champán. Viene envasado en una botella vistosa, se destapa con un estallido de dorado líquido espumoso, se saborea su regusto afrutado y burbujeante, se sube a la cabeza con la euforia de sentirse en la cima del universo... Y por último, si se ha bebido con moderación, su abrazo dulce se retira suavemente, y si se ha bebido demasiado, puede provocar un bajón espectacular y dejar una resaca de campeonato.
La fama en la música (como en cualquier otra faceta) es tan caprichosa como la dorada bebida espumosa. Sus efectos llegan y se marchan como la marea; ahora te hacen ascender hasta lo más alto, y después pueden hacerte caer hasta lo más bajo. Hay tropiezos constantes, choques de voluntades, prejuicios, la importancia de la imagen y de la apariencia, las imposiciones que vienen desde quienes manejan la parte financiera y promocional, tensiones y desavenencias cuando lo comercial vence y desprecia el alma, las exigencias de las entrañas que no entienden más que de sentimientos; las entrañas ignoran las modas, no se esclavizan a los ritmos pegadizos y bailables enlatados en serie, no viven a expensas de la machaconería de la radio y de las discotecas. Pero siempre hay personas con la mente cerrada que creen que las canciones con alma no venden. O que se fijan en si quien canta es blanco o negro, gordo o delgado... Todo está movido por intereses. Incluso el arte. Pero se engañan. El arte nunca se deja atrapar en las redes de nadie. Siempre será libre.
Con una rompedora y grandiosa banda sonora, unas voces que rozan lo ultraterrenal, una estética, vestuario, maquillaje y puesta en escena inconmensurablemente hechiceros capaces de dejar boquiabierto a cualquiera, y una incursión certera en la gestación, auge, dificultades y declive de las estrellas de la música y quienes las rodean profesionalmente y sentimentalmente en su meteórica carrera, Bill Condon abraza el olimpo de los grandes musicales de todos los tiempos. No hay prácticamente luz que no resplandezca en esta joya tocada por la gracia. Beyoncé Knowles deslumbra y rinde a sus pies a esta embelesada espectadora. Jennifer Hudson la hace temer si los cristales de su habitación podrán soportar el huracán de su potente y prodigiosa voz. Eddie Murphy deja de ser ese Eddie Murphy que todos conocemos, para subir unos cuantos peldaños y ganarse ese respeto que está reservado a quienes alguna vez son capaces de lograr algo grande. Y no hay nadie que no esté salpicado por el halo especial que transpira esta obra, ni siquiera el más antipático y rastrero de los personajes.
Un musical de los que derrochan calidad y embrujo, de los que hacen creer en la magia del séptimo arte y su finalidad, entre tantas otras, de maravillar y transportar a los simples y corrientes mortales a la dimensión de lo extraordinario, de lo que de otro modo no está al alcance. De lo intangible, de lo que llevamos más adentro. De los sueños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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26 de enero de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respeto absolutamente todas y cada una de las modalidades de cine, las veo todas, ya que como cinéfila, sería una gran ofensa apartar mis intereses de géneros específicos; y una vez realizado el primer paso selecciono mis preferencias.

Partiendo de ese hecho, soy una buena y fiel seguidora de los musicales, ya sea en cine o en teatro; en pleno centro de la Gran Vía madrileña o en un cuco teatro del off-Broadway. (adorados tiempos en los que crisis era sólo lo que algunas parejas atravesaban).

Dreamgirls, de entrada contaba con casi todos los beneplácitos musicales otorgados a priori en el mundo de la fantasía: presupuesto, voces, actores, exitazo previo en las taquillas del teatro.. poco o nada tendría que hacer para ganarse el favor del respetable.

Eso sí, el mío no lo ganó, principalmente porque:

Si bien es cierto que hay mucho gris en el mundo, el argumento era blanco o negro.

Si Gordy Berry Jr, creador de mi adorada Motown levantara la cabeza, lloraría primero e intentaría matar después al creador del guión; si Marvin Gaye levantara la cabeza, no daría crédito a ese pseudo-personaje (Murphy) que la da vida, cuando atraviesa después de su etapa dorada, la peor de su vida, al contar con la censura de sus temas y sus discos por parte de la discográfica, obligándole a ser “políticamente correcto”, pero sin embargo pudiendo estrenar su “Let´s get it on”

No puede tener cuernos, dar leche, tener ubres, pastar y llamarse “cerdo” porque nadie le quiere decir vaca.

En cuanto a las actuaciones musicales, si bien no han conseguido llegar a la talla de quien interpretara el papel de Efie por primera vez, la increíble Jennifer Holliday, es cierto que encuentra una digna defensora en la voz de Jennifer Hudson que en temas como “And I am telling you” o “I´m changing”, que levanta todas las carnes de gallina del patio de butacas.

Muy buenos también el resto de temas: “Patiente”, “Love you I do”, la perfecta “Listen” o “It´s all over” por nombrar unas cuantas.

Pero todo es no ha sido suficiente para levantar una película que se queda con lo peor de las bambalinas sin hacernos vivir del todo las plumas que la pueblan. Eso sí el notable queda perfectamente justificado por el hecho de tener una muy buena dirección musical y artística, unos decorados y números absolutamente notables y buenas interpretaciones. Los tres puntos restantes son uno por la memoria de la Motown: Supremes y Gaye incluido. Otro por no haber desnudado más la escena en la interpretación de "And I am telling you", a penas sin luz, sin artificios; y otro por no haber tenido lugar un duelo de voces Knowles-Hudson.

Sigo en spoiler por falta de espacio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
saudade
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