Nicolas Cage. Hayden Christesen.
El uno, un buen y oscarizado actor que hace ya bastantes años que tiró su carrera por el retrete con subproductos de lo más variopintos, hasta el punto de convertirse en una broma en sí mismo. El otro, uno de los ejemplos más desgraciados de Hollywood de guapo entre los guapos con saga millonaria bajo el brazo (Star Wars) pero cero talento interpretativo, lo que lo relegó al lugar que merece, es decir, el submundo de la serie B.
Eso es Desterrado, un sinsentido de guión vergonzoso al servicio del carisma morroñoso de sus inefables protagonistas. Es complicado determinar qué resulta más ridículo en todo el conjunto: los villanos, los héroes, la cutrez general de todo... infumable, la verdad.

Lo mejor: Termina rápido
Lo peor: Es difícil decidirse por una sola cosa