Florence Pugh es un fenómeno. Punto.
Alguien que ha encadenado proyectos tan diferentes y fascinantes como Midsommar, Mujercitas, Fighting with my family, Rey Lear, Lady Macbeth, El rey proscrito y La chica del tambor, y en todos ellos ha brillado a un nivel en ocasiones muy por encima del proyecto en sí, sólo merece halagos. Y ojo, que en el futuro más inmediato está el Universo Marvel. Aparte, es una actriz sensacional.
Problema: en Malevolent la buena de Florence está más sola que la una. Y con esto nos referimos a que, aunque ande por allí la gran Celia Imrie, ella es la que tiene que sostener todo el peso, y el problema es que no hay peso. No hay nada que sostener. Malevolent tiene uno de los guiones de "terror" más espantosos de los últimos años, y no precisamente porque de miedo, sino porque nada, absolutamente nada de lo que cuenta, resulta interesante para el espectador. Es, simplemente, una nadería, un sinsentido y una historia absolutamente sosa.
Insalvable, incluso con una grandísima actriz al frente.

Lo mejor: Florence Pugh, una superlativa actriz, aunque en esta ocasión esté más sola que nunca.
Lo peor: La historia no es nada interesante. Y de la credibilidad ya ni hablemos.