Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama Año 1864. Durante la guerra civil norteamericana, la tranquilidad de una escuela femenina de Virginia donde sólo viven mujeres se ve alterada con la llegada de un apuesto soldado yanqui herido... Remake de "El seductor", dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2017
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
"[...] Todas lo queréis. Pero él os va a devorar, porque vosotras sois granos de trigo. No granos de trigo, no. ¡Ranas sin lengua!"

Si las desdichadas hermanas de La casa de Bernarda Alba hubieran tenido en la inmortal obra de Lorca a su Pepe el Romano encerrado en casa con ellas, el resultado bien podría haber sido La seducción.
Y realmente, hay muchas similitudes entre una historia y otra. Ahí está el virginal mundo de mujeres que cosen, aprenden francés y tocan el piano, un mundo que representa el orden, la rigidez, la blancura (atención a los vestidos de todas las mujeres de la película), pero también la falta de libertad y la rigidez. Y ahí está la presencia masculina, encarnada en John McBurney, que representa la tentación, el sexo, la aventura, lo prohibido, y también la tempestad que viene a turbar la calma de este mundo de mujeres.
Sin duda, lo más interesante de la propuesta es esa dualidad, y la casi imposibilidad de forjar una opinión sobre si lo masculino es visto como algo agresivo, negativo y cohartador de la libertad femenina o si viene precisamente a liberar a las chicas de un corsé ya de por sí demasiado rígido. Imposible también decidir quién tiene razón en el conflicto. ¿Son realmente Martha, Edwina, Alicia y las otras chicas unas psicópatas que sólo necesitaban una excusa para pasar al Lado Oscuro? ¿Es realmente McBurney una víctima o un sinvergüenza, seductor y amoral perfectamente consciente de la manipulación psicológica y sexual que ejerce sobre mujeres que, por su educación y circunstancias, no pueden ser sus iguales en el "juego"? Todas estas preguntas plantea Sofia Coppola en este plato cinematográfico de exquisito gusto.
No hay una única respuesta a estas preguntas. La complejidad de los personajes y la situación, a pesar de su aparente simpleza, así lo requiere. Coppola sirve esto con una pátina visual de lo más lujosa (atención al vestuario, los decorados y sobre todo la fotografía, que ya desde el principio avisa de que algo no va bien en ese internado de señoritas) y filma la que probablemente es su mejor y más entretenida película desde Lost in translation. Que nadie se engañe: es una película de la hija de Francis Ford, con su clásico ritmo contemplativo, su estilo tan particular, pero también es una de las que más diálogo contiene, y su ajustadísimo metraje no permite el aburrimiento, a pesar de lo que están diciendo algunas opiniones. No sería desacertado decir que es la Coppola más digerible para los que no les gusta Coppola, pero con todo y con eso sigue siendo ella al 100% y no hay que buscarle tres pies al gato.
Lo que sí hay que hacer es rendirse a los pies de un Colin Farrell excepcional que, por suerte, ha sabido salir de aquella extraña espiral en la que entró cuando sólo interpretaba papeles de criminal macarra, para entrar en el momento más interesante de su carrera. Nicole Kidman no tiene que hacer mucho para estar memorable (ES Nicole Kidman, amigos... y siempre lo ha sido, por mucho que algunos sólo lo hayan recordado por verla en Big Little Lies), Elle Fanning sigue avanzando a pasos agigantados lo que ya avanzaba en Super 8 (sólo tiene 19 años... ojo al dato) y Kirsten Dunst hace seguramente la mejor interpretación de una carrera que había quedado algo descolgada cuando dejó de ser la Mary Jane del primer Spider-Man, a pesar de los papeles que le regalaron Lars Von Trier o la propia Coppola (o será que vinieron otras más jóvenes y monas para desplazarla, como ocurre por desgracia a la mayoría de actrices cuando pasan de los 30...).
En definitiva, una de las mejores películas de lo que va de año, llena de inteligencia, elegancia, erotismo y oscuridad.

Lo mejor: Prácticamente todo
Lo peor: No termina de alcanzar la cima de lo que puede hacer Coppola
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow