Estafadoras de Wall Street es una estafa en sí misma, sí.
Y lo es porque, a diferencia de un precedente claro como podría ser Magic Mike, ni entretiene ni posee personajes interesantes por los que interesarse. Dicho de otro modo, la película tiene momentos en los que roza el sopor, debido a un ritmo bastante pesado y una indefendible duración de 102 minutos, sin créditos. Pero lo más grave es que no interesa nada la historia que nos están contando. ¿Son de verdad entretenidos y vistosos estos timos? ¿Tenemos que sentir pena por estas mujeres que cometen delitos? Preguntas que quedan sin respuesta entre cuerpos esculturales, música popular e intentos de drama que no pasan de ser dignos de un lujoso telefilme de sobremesa.
Vamos con la principal razón de la popularidad de la película: Jennifer Lopez. Se puede decir que la también cantante es sin duda lo mejor de la cinta, y que su química con una excelente Constance Wu es fabulosa y lo quer mantiene a duras penas en el aire el castillo. Se puede decir también que es sin duda la mejor interpretación que ha hecho en una carrera como actriz que, no nos engañemos, es poco lustrosa. Admitamos incluso que hay momentos en los que consigue un nivel de emoción inédita en ella hasta la fecha (ver su conversación final con el personaje de Julia Stiles). Pero de ahí a decir que merecía el Oscar, o incluso estar nominada en la misma categoría con Kathy Bates, Florence Pugh, Scarlett Johansson, Margot Robbie y Laura Dern, hay un trecho muy grande. Su interpretación es buena, está llena de fuerza y pasión, y como decimos es la mejor de su carrera como actriz, pero asociar el nombre de Lopez a grandes premios por esta Ramona queda fuera de toda discusión. Tampoco es para tanto, y desde luego no es para compararla con semejantes actrices.
Al final, lo que queda es una bonita historia de amor y amistad entre dos mujeres (con bastantes tintes homoeróticos, más que maternales, a ojos de quien esto escribe) contada de forma poco hábil y adornada por una trama criminal nada interesante.

Lo mejor: Constance Wu y Jennifer Lopez, juntas y por separado.
Lo peor: No interesa nada loque nos está contando, el ritmo es plomizo y se extiende en demasía.