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Voto de Sibila de Delfos:
7
Serie de TV. Drama. Comedia Miniserie de TV (2020). 8 episodios. Miniserie sobre una famosa y controvertida transexual de los años 90 conocida como "la Veneno". Una serie inspirada en las memorias oficiales de Cristina Ortiz, "la Veneno", tituladas "¡Digo! Ni puta ni santa", escritas por Valeria Vegas, que cuenta la historia de la realidad transexual en España desde los años 60 hasta la actualidad. Cuando la autora del libro, Valeria, era una niña pequeña, nunca ... [+]
25 de octubre de 2020
24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen año este 2020 para las series españolas. Quizás sea de las pocas cosas que merezca recordar de este nefasto 2020.
Aunque aún nos quede un trecho para alcanzar el nivel de quienes llevan décadas y décadas haciendo grandísima ficción televisiva, no cabe duda de que la televisión hecha en España ha dado un salto de gigante en los últimos años, y muy especialmente gracias a la producción propia de plataformas como Netflix, HBO o Movistar.
Puede que Veneno no llegue al superlativo nivel de Patria, Antidisturbios, Gigantes, Hierro o Fariña, por mencionar cinco joyas recientes, pero no cabe duda de que es un producto único. Dejando de lado lo que cada uno piense de la Veneno, personaje del mundo rosa patrio cuanto menos controvertido, es innegable que la serie tiene un poder inmenso para acercar a los espectadores la realidad de las personas trans, y muy especialmente, las dificultades que soportan en su día a día y la intransigencia y discriminación a la que están sometidas. Más si cabe en los años en los que nació y vivió la Veneno, sin duda una de las primeras personas trans en recibir atención mediática en nuestro país (junto con Bibiana Fernández, antes Bibi Andersen). La serie sin duda consigue transmitir el mensaje y encoger muchas veces el corazón con escenas aterradoras, muchas de ellas acumuladas en el capítulo 7, que Javier Calvo y Javier Ambrossi filman con una crudeza excepcional. Esa es, por cierto, otra de las grandes noticias de la serie: el salto de calidad notable que han dado Calvo y Ambrossi como realizadores. No sólo la producción tiene un nivel excepcional en cada departamento técnico, sino que el uso de las canciones, las escenas a modo de prólogo antes de los créditos, el montaje o la fotografía revelan que los conocidos "Javis" han aprendido su lección y han adoptado un estilo mucho más cuidado e internacional. Además, la serie acumula en cada episodio momentos ciertamente emotivos (ver cuando Valeria pide que dejen un rato más a Cristina bailando "Always on my mind", o todas las escenas de Cristina en su niñez y juventud) y apuesta también por contar la historia de Valeria Vegas, aparte de la de la Veneno. De hecho, se podría decir que la historia es un 60% sobre Cristina y un 40% sobre Valeria, y sus respectivos procesos de transición sirven como espejo de sus similitudes y también de las diferencias de crecer y transicionar con 20 años de diferencia.
Pero Veneno tiene un problema, y es que muchas veces no se sabe de qué va. Quizás se trate de las confesas dudas que Vegas, la autora de las memorias originales de la Veneno, ha vertido sobre la veracidad de las confesiones de su desaparecida interlocutora, pero nunca se sabe si Calvo y Ambrossi quieren o no retratar las sombras del personaje. Las luces están claras, porque es una serie hecha desde el más profundo cariño por la Veneno, pero no terminan de decidirse por retratar las tonalidades más negras de una mujer descrita muchas veces como tóxica por otros que la conocieron y que pisó dos veces la cárcel, no precisamente por casualidad. De hecho, sí hay escenas que dan a entender que la Veneno, como dice el propio título de sus memorias, no era una santa (lo que hace en el Parque del Oeste con una hoz y con su propia boca, aunque todo esto tiene sus matices, por supuesto), pero no existe demasiado interés por hacer una crítica quizás un poco más certera y justa de un personaje del corazón que cometió tantos errores y fue, en algunos aspectos, poco ejemplar, para ser justos. No obstante, el cariño de la propuesta es inmenso, y es imposible no sentir cierta identificación con una mujer que sin duda fue valiente y auténtica hasta la médula, y vivió como quiso pese a los problemas y la incomprensión y agresiones de la sociedad.
Buena parte del mérito de esa identificación entre público y Veneno corresponde a las tres actrices que dan vida a la artista. Jedet está especialmente impresionante, con esa mirada anhelante, aún tímida, temerosa, aguantando humillaciones incluso de sus compañeras prostitutas en el Parque del Oeste. Daniela Santiago brilla en el ya famoso episodio de la cárcel, en cuyas escenas está absolutamente arrebatadora, y clava la parte más salvaje y famosa de la Veneno. Ella es la Veneno que todos los que tenemos ya unos añitos recordamos, esa Veneno de lengua afilada y actitud guerrera ante el mundo y la montaña rusa emocional y vital en que vivía subida. Isabel Torres tiene quizás la parte más difícil, la de esa Cristina Ruiz ya en decadencia, en su última etapa, ya con un estado mental y emocional muy complicado, y su naturalidad y frescura llenan la pantalla.
En definitiva, un retrato visceral y apasionado de una mujer igualmente visceral y apasionada, y víctima además de una brutal reacción en contra simplemente por ser ella misma. Notable, aunque no sobresaliente.

Lo mejor: La realización, el nivel de producción, el poderoso y necesario mensaje en favor del derecho a ser y existir de las personas trans, y el soberbio trabajo de las tres actrices que dan vida a la Veneno (especialmente Jedet).
Lo peor: No es esa obra maestra que nos han vendido, y los "Javis" juegan un poco a dos bandas con el personaje principal.
Sibila de Delfos
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