Todos están muertos es Elena Anaya.
La palentina es cada vez más y mejor actriz y se está especializando en bordar personajes complejos llenos de traumas, atrapados en una mentira, secreto o trauma terrible. Anaya tiene una mirada abrasiva y es una de las pocas actrices españolas que, por talento, se puede permitir interpretar cualquier personaje sin que su físico (en este caso muy agraciado) limite su credibilidad.
Lo demás es una historia que rebosa personalidad por parte dela realizadora, Beatriz Sanchís, pero también demasiados tópicos sobre la relación entre vivos y muertos y la pesada carga de la culpa y el pasado traumático. Aceptable pero muy mejorable.

Lo mejor: Elena Anaya
Lo peor: El resultado final no pasa de correcto.