No sé si el cine anterior de David Trueba es mejor o peor que esta película (aunque por lo que he leído es bastante mejor), pero lo que sí tengo claro es que las reacciones críticas mayoritaras que tuvo aquí fueron desproporcionadas. Ni es ni de lejos tan buenísima como dijeron algunos, ni tampoco es la bazofia que proclamaron otros. Bienvenido a casa es simplemente una agradable comedia que se pasa de lista y entretiene a la par que exaspera.
Bajo mi punto de vista los problemas principales de la película son dos. El primero es que se cree muy graciosa y sólo lo es en contadísimas ocasiones (principalmente en aquellas protagonizadas por el gran Juan Echanove). Y el segundo y más grave es que Trueba está encantado de conocerse a sí mismo, y se cree que dice cosas importantes acerca de la paternidad, el paso a la madurez, el complejo de Peter Pan y mil cosas más que nos cuela con calzador desde su trono de Dios omnisciente. El resultado es de una pretenciosidad alucinante. Tampoco acierta Trueba con las historias secundarias, que no tienen ningún interés ni relación con la de Samuel y Eva, y no ayuda nada que la Trueba troupe (con su mujer Ariadna Gil a la cabeza) esté tan mal, en especial un insoportable Jorge Sanz.
Pero por suerte la cosa es, como dije antes, entretenida y en ocasiones conmovedora, algo que sólo cabe atribuir a Alejo Sauras y Pilar lópez de Ayala. Del primero se ha dicho que es un soso, y es cierto, pero ¿acaso no lo es el personaje también? Y Pilar, la gran Pilar, pese a encontrarse muchísimo más cómoda en roles dramáticos, pasea por la pantalla esa mirada que tiene y con la que lo dice todo, y así nos hace olvidar que en ocasiones hable con una condescendencia casi irritante.

Lo mejor: Las escenas que envuelven a los personajes de Sauras y López de Ayala, la maestría de Juan Echanove y la misma Pilar, y el final, que es bastante emocionante.
Lo peor: No hace gracia, quiere darse una importancia que no tiene, las historias secundarias son una pérdida de tiempo y Jorge Sanz está horrible.