"- ¿A cuántos hombres has olvidado?
- A tantos como mujeres tú recuerdas".

"¡Vivían sobre un barril de dinamita! El secreto consistía en continuar viviendo un poco más.
¡Un film tan violento como las mortíferas balas de los Colt 45!
Con la mundialmente famosa melodía "JOHNNY GUITAR""

Así rezaba la publicidad del programa de mano del Teatro Buenos Aires.

Vista con esta, tres veces en mi vida, la primera, que tuve la suerte de verla en un reestreno de un cine de Bilbao, hace muchos años, pensé esto de ella:

"Excepcional western, mítico desde hace muchísimos años.
La historia es convencional, no cuenta nada nuevo bajo el sol. Entonces..¿porqué es tan buena? El mérito es totalmente de su director Nicholas Ray, quien dota a la película de una sobriedad narrativa, de unos colores sabiamente contrastados, de unas interpretaciones de todo su elenco y de unos maravillosos diálogos. Inolvidable el del comienzo entre la pareja protagonista:

- Miénteme y dime que siempre me has querido-
- Siempre te he querido., etc, etc.

A destacar, no obstante las interpretaciones de la pareja de damas, Crawford y McCambridge, sencillamente geniales".

Vista por segunda vez, por la tele hace unos veinte años, pues me gustó de nuevo, pero no recuerdo si tuve alguna opinión algo diferente de la primera vez.

Y vista ahora, por tercera vez, en febrero de 2020, puedo contemplar, gracias a una magnífica copia, su colorido, dinamismo, intimismo y espectacularidad mezcladas en un argumento febril donde los sentimientos están a flor de piel.
Mucho odio, rencor, frustraciones y amor, se dan la mano de forma excelente, logrando gracias a la sabiduría narrativa del gran Nicholas Ray, un western con melodrama incluido, de muchos quilates, que creo convence al espectador más exigente.
Sus diálogos, ya proverbiales, su sentido del rimo y sus bellos paisajes (Boynton Canyon, Sedona, Arizona), hace de "Johnny Guitar" una cinta imperecedera que no sólo no ha perdido encanto con los años sino que cada vez que se contempla deleita y satisface por completo.
Un clásico que conviene ver cada X años aunque sólo fuera por la magnífica y ya imperecedera música de Víctor Young.

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