Película de los hermanos Cohen producida por Netflix. Quizás la primera en ser rodada por directores admirados tras Aniquilación (2018), de Alex Garland, quién saltó a la fama por su estupenda Ex-Machina (2015). Después de algunos malsabores de dicha casa había gente reacia a esto aunque los realizadores fuesen los mismísimos hermanos.

Aquí tenemos un western, sin cortapisas…pero, ¿acaso todas las películas de los Cohen no son más que westerns reconvertidos? Sangre fácil, Muerte entre las flores, Fargo, O Brother!, No es país para viejos, Quemar después de leer, el remake Valor de ley, Apropósito de Llewyn Davis, etc, etc, etc. Si nos paramos a repensarlas todas utilizan los esquemas y paradigmas de los westerns. A lo que me surge una duda: ¿el western es el genero esencial por excelencia del cine…o fue el primero en profesionalizarse y sacarle todo el provecho a las historias contadas tras una pantalla iluminada? como todos los hallazgos, diría que todo depende de su contexto y que el western, simplemente, tuvo la suerte de aparecer primero por la gran industria cinematográfica del mundo (Hollywood). Ya que, anterior a ellos estaban el género de los samuráis, pero esto ya se está desviando mucho del tema que nos ocupa en esta entrada.

La balada de Buster Scruggs está contada por capítulos: seis. No todos son igual de buenos. No todos son igual de deslumbrantes ni llamativos. Pero, os diré, que incluso los que puedan parecer más insulsos como el quinto y sexto, si os pilla viéndolos un domingo por la tarde le sacaréis esos personajes raros característicos de los hermanísimos un aquél y un buen hacer. Esos giros de guión absurdos, cómicos, esos encuadres elegantes y un guión afilado tan característico de los hermanos.

El primer capítulo ya deja marcado el mensaje: no te tomes esto demasiado en serio. Hay que disfrutar cada una de las historias que nos cuentan con mesura y degustando a los Cohen. No nos van a sorprender ya, solo vamos a encontrar confort en lo que ya conocemos. Mención especial, y personal, a los capítulos dos, tres y cuarto.

En resumen: película para disfrutar lo ya conocido. Los Cohen, lejos de tratar de innovar en un género manoseado hasta la saciedad se han dado un homenaje contando pequeñas historias muy representativas de un época. Época que duró mucho menos en la realidad de lo que se le ha sacado desde Hollywood, pero ¿eso qué más nos da siempre y cuando sigan apareciendo películas como La Balada de Buster Scruggs?

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