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Reino Unido Reino Unido · Edimburgo
Voto de Tania:
8
Ciencia ficción. Fantástico. Intriga. Terror Un visitante hostil de otro planeta es detectado por una estación de radar situada en el ártico. Película de culto dentro del género, todo un clásico con excelentes interpretaciones y un insoportable suspense. Famosa cinta de ciencia-ficción en la que el productor Howard Hawks planificó y supervisó todo el rodaje. En 1982 John Carpenter dirigió un conocido remake, titulado "La cosa". (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2007
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la formación de la casi sistemática identificación, tan extendida en la actualidad, de la ciencia-ficción de los años 50 con la más cachonda cutrez han contribuido en enorme medida las nada desdeñables comedias involuntarias o auténticas parodias de la serie B de los años 60, 70 y posteriores, que para los más inexpertos en la materia por juventud o dejadez (entre los que por supuesto me incluyo), marcados a fuego con la indescriptible Plan 9 from Outer Space, constituyen las únicas referencias al género que conocemos. Al menos las únicas anteriores a Alien, que muchos consideran como la primera aproximación seria y atemporal del Cine a la cuestión de la vida extraterrestre. Pero nada más alejado de la realidad...

Quede por delante que El enigma de otro mundo (también conocida por muchos como La cosa)no es 2001: Odisea en el espacio (sería de locos medir todas las obras del género a partir de tal patrón). Pero si bien resulta prácticamente imposible experimentar el terror y la fascinación que provocó a sus primeros espectadores en su día, los que asistimos por vez primera a su visionado, casi seis décadas después de su estreno y sin demasiadas expectativas pero con el debido respeto a las limitaciones materiales y referenciales de otras épocas del Cine y cierta permeabilidad a los grandes logros de antaño al respecto, este estupendo enigma llegará a sorprendernos con la seriedad demostrada en la cuidada elaboración de sus planteamientos y a admirarnos con su vigente capacidad para producir intriga y mantener en todo momento nuestra atención en todo lo que acontece (especialmente en uno de los puntos más fuertes de la película: las teorías del doctor Carrington); para entreteneros y a la vez hacernos reflexionar un poco... para ofrecernos muchísimo más de lo que pedimos y dejarnos boquiabiertos y desarmados de argumentos justos, meditados y consistentes, capaces de cuestionar la calidad y seriedad de una de las obras más influyentes del género.

Y ya como mera curiosidad podremos percatarnos de que, si bien el remake de Carpenter era todo él un alargado anuncio de whisky JB (con no menos escandalosas alusiones a la factoría Windows), en esta ocasión la RKO tampoco se cortó mucho en meter en al menos 6 o 7 planos (como en tantas otras ocasiones) la distintiva torre eléctrica que constituye su logotipo. Eso si omitimos la más que considerable posibilidad de que la presencia de las torrecitas de marras se deba una mera casualidad o, mejor aún, a la necesidad de dotar de verosimilitud los decorados. En cualquier caso, a diferencia del descaro al respecto de su sucesora, este supuesto ejercicio autopromocional fue realizado con discreción y (¿por qué no?) pertinencia, cosa que se agradece.
Tania
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