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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
6
Drama. Thriller Dorian Gray (Hurd Hutfield) es un joven aristócrata muy atractivo que vende su alma al Diablo a cambio de la eterna juventud. Gracias a una invocación consigue que sea el retrato que le ha hecho su amigo Basil Hallward (Lowell Gilmore) el que sufra el proceso natural del envejecimiento. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la célebre novela de Oscar Wilde, llevada al cine en infinidad de ocasiones, creo que esta última década ya ha conocido por lo menos tres, se sigue manteniendo como la más lograda a pesar de que tampoco consiga satisfacer a los amantes de Wilde.
Algunos, acusan a esta película de ser poco fiel a la novela. Otros, de ser superficial y fría.
Probablemente, todos ellos tienen razón.
Pocos autores literarios son susceptibles de ser dignamente trasladados a la pantalla sin que sus cualidades se pierdan por el camino pero, creo, que Wilde menos que ninguno.
La prueba es que se han hecho infinidad de adaptaciones de sus obras teatrales y muy pocas han conseguido una calidad medianamente aceptable.
Wilde era brillante. Y cuando el lector se acerca a una obra suya, lee tranquilamente sus sentencias y aforismos con gran admiración.
Si no me he enterado bien de lo que ha dicho, lo vuelvo a leer. Si sus frases me sugieren un montón de reflexiones, hago una pausa en la lectura para regodearme con las genialidades del inmoral autor.
También en el teatro lo puedo disfrutar.
El teatro está al servicio del texto. La puesta en escena y la interpretación de los actores planean sobre el discurso del autor. El espectador estará concentrado en el texto y lo disfrutará al máximo.
Pero el cine es diferente.
O una de dos. O haces una versión muy fiel al espíritu del autor y el espectador se perderá en la velocidad de los diálogos que no va a poder asimilar en su totalidad a no ser que conozca la obra de memoria, o haces una interpretación más libre de la historia y puede que te salga una obra realmente memorable a costa de defraudar al espectador purista que busca a Wilde en una obra que no es de Wilde.
Esta película en concreto, no es una adaptación muy fiel. Pero creo que es una cualidad en esta obra.
Lewin reinterpreta a su modo la historia y nos presenta a un Gray bastante alejado del Grey de la novela.
En ésta, Grey era un adorable niño rubio, un querubín, bello, hermoso y dulce que representaba la inocencia y la pureza sin mancha de la juventud.
En la película, Grey es hermoso sí, pero en modo alguno le vemos inocente incluso en los comienzos de su vida sin pecado. Creo que ya intuimos algo inquietante y morboso en sus ojos oscuros y su palidez que nos pone sobre aviso.
El personaje de George Sanders es el álter ego de Wilde en el film. Suyas son las célebres frases y sentencias que bañan toda la cinta y que apenas podemos disfrutar.
Para disfrutar de sus diálogos, necesitamos poder reflexionar sobre ellos y la acción de la cinta no nos lo permite.
Sería necesario ver varias veces la película para apreciar bien a este personaje.
Y lo que no se dice en este film.
Es indudable que Wilde no tenía más remedio que autocensurarse al escribir esta obra y otras muchas. Incluso aplicando la autocensura, tuvo no pocos problemas por todo lo que sugería en ellas.
De igual modo, esta película hecha en el Hollywood de 1945, también tuvo que autocensurarse y limitarse a sugerir más que mostrar todo el grado de depravación de Grey, así como el ambiente hipócrita y de doble vertiente moral en la que vivía la sociedad victoriana.
Así, la película apenas nos muestra los " terribles" pecados en los que se sumerge Grey, aunque sí sus consecuencias en escenas como las de su sociedad rehuyendo su mirada.
Todo ello hace que nos tengamos que imaginar el grado de abyección de Grey que, por una parte está muy bien, los espectadores ya lo podemos intuir solitos, pero por otra parte hace que no nos involucremos nada en las cuitas de Grey, ni para bien ni para mal.
La película tiene así una atmósfera elegante pero fría. Sutil pero poco empática. A Grey no lo amamos pero tampoco lo odiamos.
Y eso para mí es un error.
Es una película muy bien hecha, hermosa, elegante, con una fotografía cuidada pero fría.
No es una película que conmueva y, por lo tanto, no es una buena película.
Ahora eso sí. A falta de una versión mejor, es interesante de ver. Tiene cualidades suficientes para disfrutarla.
Izeta
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