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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
7
Drama El dueño de un edificio de viviendas decide poner en la calle a sus inquilinos para vender el solar. La negativa de los afectados a desalojar sus casas hace que el casero, asesorado por su amante, contrate a un matón: el Bruto. (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2021
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No carece de errores, aunque tampoco de virtudes, esta cinta de Buñuel perteneciente a su etapa mexicana, donde aún no asoma ( por lo menos muy significativamente) ese surrealismo onírico que lo caracterizaría, pero sí esa aguda y despiadada mirada de excelente retratista sin compasión y llena de pesimismo hacia el ser humano, fuera de la clase social que fuera.
Esta es una cinta más de género. Y creo que tiene dos partes, puede que tres, bien diferenciadas.
Empieza con una crítica social y mirada realista hacia las clases bajas, en la que nos describen la situación de desamparo en la que viven los inquilinos de un edificio de viviendas, a punto de ser desahuciados por orden de Andrés, el dueño del solar, que quiere derribarlo para venderlo a buen precio.
Los vecinos le plantarán cara y no se dejarán desalojar así como así. Andrés se indigna y vuelve a su casa. Entra en escena una soberbia Katy Jurado.
A partir del conocimiento de este personaje ya adivinamos qué derroteros va a tomar la película. Katy, esposa joven y vibrante del viejo y rico Andrés, su personaje se adivina como modelo inductor de la voluntad de los hombres y en su manera de aconsejar a su marido que contrate un matón que amedrente a los vecinos, ya vemos dibujada a la perfecta femme fatale al estilo del más puro cine negro americano.
Andrés contactará con Pedro " El bruto", uno de sus asalariados, hombre de gran fuerza física y escasas luces pero estómago agradecido que aceptará sin más objeciones, el sucio encargo.
Aquí y en otras partes de la película, ya se notan los giros forzados de guion necesarios para el crescendo dramático del film. No se sabe bien por qué, pero Andrés considera necesario que Pedro se mude a su casa para ejecutar el trabajo y, claro, el chisporroteo erótico de la joven pareja empieza a asomar en cuanto se conocen al estilo de " el cartero siempre llama dos veces".
Al mismo tiempo, el film va adquiriendo un tono cada vez más melodramático, tremebundo y pasional a medida que se desarrolla la tragedia.
Cuando Pedro conozca a una de las vecinas del barrio a desalojar, un alma pura y cándida, empezará a cuestionarse la justicia de sus actos pero...
La película está llena de aciertos y buenas escenas. Estupendo retrato de esa sociedad de supervivientes. La descripción de la primera familia del bruto que viven a costa del amancebamiento de la hija con él. No hay lugar para la compasión ni la comprensión. Hay que sacarse las castañas y todos son seres egoístas y parasitarios. Ese patio vecinal, pobre y caótico. Se unen en la lucha porque tienen un objetivo común pero ante la ausencia de líder, se desmoronan y se acobardan como un castillo de naipes. Ese abuelo senil, no tan caricaturizado como afirman algunos, en medio de su egoísta familia.
Diálogos potentes, buena fotografía donde priman las escenas nocturnas pero no. A esta película le faltan muchas cosas para que pueda ser considerada de las buenas.
Los personajes principales no dejan de ser esquemáticos los mires por donde los mires. Y se desarrollan de manera artificial y brusca incluido su final.
En mi opinión, exceptuando el retrato que compone de esa sociedad, junto con ciertas escenas que entroncan con el más puro melodrama mexicano, la cinta resulta, además de previsible, bastante tópica. No obstante, es disfrutable. Bastante disfrutable.
Izeta
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