Otro drama de época del especialista en el género, James Ivory, que nos narra la relación que mantienen las hermanas Schlegel, de ideas liberales e independientes, con la familia Wilcox, tradicionales y conservadores.
Basada en una novela de E.M.Forster, está muy bien adaptada. A pesar de que este autor es muy denso, el director ha sabido apuntar todos los conflictos que se daban en aquella época y comprimir la novela sin dejar fuera nada significativo.
Nos hablan de la supremacía de clases y de cómo las clases medias y bajas estaban a merced de los caprichos de los ricos. Nos hablan del honor y de la apariencia del honor que, como se verá, no era exclusiva de ninguna clase social. Nos habla de la justicia, la hipocresía, el idealismo, la situación de la mujer...Lo cierto es que este drama está impecablemente llevado a la pantalla sino fuera por el gran defecto que yo le veo a este director y es...la falta de emoción.
Todo está perfecto, ambientación, fotografía, música, buenas interpretaciones y la historia bien contada. Entonces,¿por qué los conflictos tan tremendos que viven sus personajes no llegan a remover la conciencia del espectador?.
James Ivory es tan preciosista, tan metódico que a veces olvida que el CÓMO, es tan importante como el QUÉ, y no basta con que desarrollen unos hechos, de manera exquisita no lo niego, sino que también hay que dotarlos de alma, de corazón y de sentimientos.
Esto es lo que suelo echar de menos en las películas de este director, exceptuando la que para mi es su obra maestra, Lo que queda del día, que ahí, si supo llenar de emoción cada uno de los fotogramas de la película y que recomiendo fervientemente.
A pesar de todo, decir que ésta, también merece la pena y los amantes de éste género, la disfrutarán.