Notabilísimo melodrama que transcurre en un cuartel militar en Hawai, en los meses previos al ataque de Pearl Harbour por parte de los japoneses. Basada en una novela de James Jones, nos cuentan la vida de varios soldados, ofreciéndonos un duro y sórdido retrato del ejército, aunque eso sí, pasado por el filtro de la censura pero que el excelente trabajo de Zinnemann, hace que los espectadores entrevean y nos dejen adivinar, la podredumbre de un estamento jerárquico, que vende unos valores, honor, integridad, valentía..., pero que en realidad se revela como una institución corrompida, mezquina y déspota, en la que sólo medran los trepas, los lameculos y los personajes serviles y en donde si demuestras un poco de personalidad, principios o idealismo, no tardarán en pisotearte en una institución en la que lo más importante es convertirte en un borrego más de la manada que va a morir al servicio de los intereses de unos cuántos jerifaltes.
Naturalmente la película está bastante disfrazada. No iban a aceptar en aquella época que se atacará así la institución y ya se ocuparon, mediante los cambios oportunos, de hacer ver en la película que las manzanas podridas del cesto eran eso, manzanas podridas y que el cesto era de acero inoxidable y no podía dañarlas pero en el estupendo guión ya leemos el mensaje de que es el cesto lo que las pudre.
Monty Clift, da vida a un soldado recién incorporado a ese cuartel, antiguo boxeador que colgó los guantes por haber lisiado a un compañero, cuyo nuevo capitán, está decidido a incorporarle en el equipo del regimiento, el cual, ante la negativa del soldado a boxear de nuevo, le hará la vida imposible. Éste, solo tendrá un amigo en ese nuevo regimiento. Un italoamericano ( Frank Sinatra ) simpático y despreocupado, que tendrá la mala fortuna de enemistarse con un sádico sargento de prisiones ( Ernest Borgnine ), una cucaracha con el puesto idóneo, que el ejército coloca ahí, alevosamente.
Por otro lado tenemos al sargento ( Burt Lancaster ), mano derecha del inepto capitán, hombre pragmático y eficaz, que contemporiza con estos animales mientras vive un apasionado romance con la mujer de su superior, ( Deborah Kerr ), mujer despechada que vive en los brazos de otros hombres, buscando curar sus heridas.
Finalmente tenemos a Donna Reed, una prostituta, aunque en la película se dice graciosamente chica de alterne, empleada de otra institución inherentemente unida al ejército y de la cual Monty Clift se enamora perdidamente.
Se dice que la novela ha sido profundamente suavizada. Al parecer el personaje de Deborah Kerr, era ninfómana, el de Frank Sinatra, homosexual y el final está totalmente cambiado para que el ejército pueda salvar su bonita cara. No importa. Esta cinta tiene los suficientes elementos para que, viéndolos en su contexto, nos demos cuenta de que estamos ante un gran drama, no sé si merecedora de tantos Oscars pero, desde luego, muy disfrutable.