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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
9
Comedia Stan y Ollie acuden a Brushwood Gulch para entregarle a la hija de un buscador de oro la escritura de propiedad de la mina. Al ser engañados por el propietario del salón y su mujer, deciden recuperar el documento empleando el procedimiento de los rateros: cuerdas, poleas... ¡y una mula! (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ollie y Stanley hacen de las suyas en el Oeste americano.
No pintan nada allí. En realidad creo que pintan poco en cualquier sitio. Sus peculiares personalidades les impedían adaptarse a cualquier lugar.
Porque ya me contaréis qué hacen dos tipos vestidos con chaqueta negra, corbata y bombín en un saloon en medio de rudos vaqueros.
Primero, dejarse llevar por la nostálgica melodía que entonan sus habitantes ( antológico).
Sus indeseables flirteos caballerescos son poco apreciados allí y les asegurará un asiento en la próxima diligencia.
Sus torpes e ingenuas diligencias les harán meter la pata pero, honrados como son, se quedarán a deshacer el entuerto que ellos mismos han creado. Les han robado mediante engaños un importante documento y tienen que recuperarlo como sea.
Stanley se rasca la cabeza, en su característico gesto, perplejo como siempre. Ni comprende ni quiere comprender. Hará lo que le diga Ollie y colaborará con él haciéndole algunas sugerencias que su- desgraciado tonto que se cree listo- amigo tomará en consideración.
Ollie frunce el ceño y tamborilea los dedos para armarse de paciencia, después de haberse comido la consecuencia de la torpeza de su amigo. Se lo hará pagar pero siempre le saldrá mal.
Stanley llora como solo él sabía hacerlo. ! Ay, Ollieee!. No hay cuidado. El que verdaderamente tiene motivos para llorar es Ollie. Stanley ni siente ni padece.
¿ El gordo no sabía que estaba gordo que se empeñaba en subir por donde no podía o en entrar por donde no cabía?. Y el flaco a ayudarle, eso sí, un muchacho mejor dispuesto que él no existirá.
Mientras, esta película, nos regala una sucesión de gags extraordinarios con un magnífico sentido del ritmo. Siempre dicen que a esta pareja se le aprecia mucho más en sus cortometrajes pero esta cinta no tiene ningún desperdicio. Tiene un montón de escenas estupendas. 65 minutos de puro goce y diversión. Muy, muy recomendable.
Izeta
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