Media votos
6,7
Votos
2.387
Críticas
1.406
Listas
341
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Izeta:
7
6,8
371
Cine negro. Drama. Romance
Obra menor del cine negro que relata la historia de una cantante de un nightclub y su relación con dos hombres que la cortejan. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de ser interesante la forma de abordar este género por parte de un realizador que, luego, se especializaría en el universo femenino o, al menos, otorgaría cierta preponderancia a la influencia de su presencia en las películas que abordara.
En esta cinta de cine negro ( si es que podemos llamarla así), un guion bastante endeble, que exige toda nuestra benevolencia, casi, casi, da al traste con la película, sin embargo, hay que concederle a su autor saber solventar ese inconveniente conduciéndonos con habilidad por la trama y, gracias a la estupenda actuación de sus intérpretes, mantener nuestra atención hasta su meritorio desenlace final.
El argumento, a estas alturas, lo hemos visto un millón de veces.
Wilde y Widmark, son amigos desde la más tierna infancia y trabajan en un club de ocio. Widmark es el jefe, el niño de papá, dueño del club heredado y Wilde, el amigo del alma y asalariado gerente que se adivina alma máter del negocio y el que le saca las castañas del fuego.
Cuando en uno de sus viajes a Chicago, Widmark se traiga a la enésima promesa del espectáculo bajo desorbitado contrato para actuar en su club, su amigo le reprochará el increíble derroche del estipendio, que no hará sino acumular pérdidas en el maltrecho negocio, convencido de que su amigo ha vuelto a caer bajo el hechizo de unas faldas cuyos talentos no tienen nada que ver con la música.
Pero resulta que la chica ( Ida Lupino) sí llena el local y deja beneficios así que Wilde tiene que tragarse sus palabras.
Y aquí comienza lo interesante de la historia que no por muy trillado deja de tener su atractivo.( spoiler)
Un triángulo amoroso como hemos visto en muchas ocasiones y que se nos puede antojar previsible, para mí, comienza a tomar altos vuelos a raíz de ese increíble!!! y surrealista juicio, con su absurda sentencia que da lugar para que el personaje de Widmark se desarrolle en su plenitud, regalándonos una de sus impagables actuaciones en aquello que sabía hacer tan bien y que va a proporcionar los momentos más tensos e inquietantes del film.
Es que Widmark cuando era malo, era mucho mejor.
En esta cinta de cine negro ( si es que podemos llamarla así), un guion bastante endeble, que exige toda nuestra benevolencia, casi, casi, da al traste con la película, sin embargo, hay que concederle a su autor saber solventar ese inconveniente conduciéndonos con habilidad por la trama y, gracias a la estupenda actuación de sus intérpretes, mantener nuestra atención hasta su meritorio desenlace final.
El argumento, a estas alturas, lo hemos visto un millón de veces.
Wilde y Widmark, son amigos desde la más tierna infancia y trabajan en un club de ocio. Widmark es el jefe, el niño de papá, dueño del club heredado y Wilde, el amigo del alma y asalariado gerente que se adivina alma máter del negocio y el que le saca las castañas del fuego.
Cuando en uno de sus viajes a Chicago, Widmark se traiga a la enésima promesa del espectáculo bajo desorbitado contrato para actuar en su club, su amigo le reprochará el increíble derroche del estipendio, que no hará sino acumular pérdidas en el maltrecho negocio, convencido de que su amigo ha vuelto a caer bajo el hechizo de unas faldas cuyos talentos no tienen nada que ver con la música.
Pero resulta que la chica ( Ida Lupino) sí llena el local y deja beneficios así que Wilde tiene que tragarse sus palabras.
Y aquí comienza lo interesante de la historia que no por muy trillado deja de tener su atractivo.( spoiler)
Un triángulo amoroso como hemos visto en muchas ocasiones y que se nos puede antojar previsible, para mí, comienza a tomar altos vuelos a raíz de ese increíble!!! y surrealista juicio, con su absurda sentencia que da lugar para que el personaje de Widmark se desarrolle en su plenitud, regalándonos una de sus impagables actuaciones en aquello que sabía hacer tan bien y que va a proporcionar los momentos más tensos e inquietantes del film.
Es que Widmark cuando era malo, era mucho mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Aquí no tenemos la trama al uso de mujer fatal que rompe la amistad entre dos hombres sino al contrario.
Ida Lupino se nos muestra como mujer independiente que sabe lo que quiere y lo busca, frente a estos dos amigos que, curiosamente, se comportan con ella como si fuera el juguete propiedad de uno de los dos colegas, sin preguntarle su opinión al respecto.
Así, resulta curioso el comportamiento de Widmark que se va por ahí de caza y vuelve con una licencia de matrimonio que nadie le ha pedido y que él, da por hecho que va a ser aceptado, así como el comportamiento y los escrúpulos de Wilde, que también da por hecho que la cantante " pertenece" a su amigo porque la vio primero, sin plantearse en ningún momento lo que ella opina del asunto. Menos mal que ella tiene algo que decir o hacer y deja claro con quién quiere jugar a los bolos que si no, vamos listos y tú, Wilde, todavía estarías bajo los pantalones de Widmark sujetándole las arras en su boda y organizando su banquete.
O sea que, en esta ocasión, no hay ninguna traición aunque Widmark se lo tome así. ! Este sí que tiene un buenísimo mal perder!
Ida Lupino se nos muestra como mujer independiente que sabe lo que quiere y lo busca, frente a estos dos amigos que, curiosamente, se comportan con ella como si fuera el juguete propiedad de uno de los dos colegas, sin preguntarle su opinión al respecto.
Así, resulta curioso el comportamiento de Widmark que se va por ahí de caza y vuelve con una licencia de matrimonio que nadie le ha pedido y que él, da por hecho que va a ser aceptado, así como el comportamiento y los escrúpulos de Wilde, que también da por hecho que la cantante " pertenece" a su amigo porque la vio primero, sin plantearse en ningún momento lo que ella opina del asunto. Menos mal que ella tiene algo que decir o hacer y deja claro con quién quiere jugar a los bolos que si no, vamos listos y tú, Wilde, todavía estarías bajo los pantalones de Widmark sujetándole las arras en su boda y organizando su banquete.
O sea que, en esta ocasión, no hay ninguna traición aunque Widmark se lo tome así. ! Este sí que tiene un buenísimo mal perder!