!Cuantas de estas películas vimos en nuestra infancia en aquellos viejos cines de nuestros barrios!.
Las excelentes premisas respondían, más o menos, al mismo principio: La maldita soberbia y desprecio con que el hombre occidental profanaba las creencias y culturas de aquellos países exóticos que visitaba, sin afán de comprender ni de respetar lo que de sagrado pudiera haber en ellas, logrando desatar las furias desconocidas que se revolverían para vengarse.

Una primera parte transcurre en el país extranjero donde veremos a los soldados profanar y destruir el templo que visitaban a hurtadillas. Ya de regreso a casa, los espectadores sabemos que volverán acompañados para disfrutar de las atenciones y cortesías que este ofidio mitad mujer, tiene reservadas para ellos.

La película, sin disponer de medios evidentemente, juega bien por momentos con los elementos disponibles para generar tensión haciendo uso de las sombras, lentes subjetivas, ventanas entreabiertas, objetos que se mueven...todo aquello que nos pueda sugerir que el peligro está al acecho y es inminente aunque sin mostrarnos ninguna escena de transformación excepto en su final.
También la actuación de Domergue es de reseñar en esta película. Lyon la enfoca mucho en primeros planos, centrándose en esos ojos lánguidos y sensuales que miran hacia la nada cuando sabemos que está a punto de transformarse. Es curioso ver el poder que tiene una mirada.
Y luego está la historia que aquí han querido darle un toque de fatalidad, al presentar a la vengadora ( y que nosotros sabemos quién es desde el principio) como la vecina desconocida que se integra en el grupo al comenzar a salir con uno de ellos (un celoso de tomo y lomo) pero que, sin embargo, ve peligrar su venganza al ir descubriendo un sentimiento desconocido por él.
A mí no me parece que hayan tenido claro qué nos querían contar de verdad y me parece que esta subtrama entorpece y hace divagar un poco la historia principal (la venganza), cuya tensión sube y baja. Por otra parte, los protagonistas tampoco consiguen despertar en exceso nuestras simpatías por lo que lo que les vaya a suceder nos importa poco.
Pero la película es muy entretenida y tiene ese sabor pulp tan peculiar que engancha.