A tres mil metros de altura, en el Himalaya, se yergue un magnífico e inaccesible palacio, rodeado de abismales precipicios, antiguo harem destinado a la custodia de las numerosas esposas del viejo príncipe.
El nuevo dirigente, dona el palacio a la orden religiosa Siervas de María, para que construyan una escuela y un hospital.
La encargada de la nueva fundación será la hermana Cloudagh ( Deborah Kerr), quién al frente de cinco monjas, tratarán de cristianizar y " civilizar" el inhóspito lugar.
Sin embargo, será una dura prueba para ellas.
La soledad del lugar, el aislamiento, la desconfianza de los nativos, la incomunicación, la sensualidad y poderío de una naturaleza grandiosa e inabarcable, se alinearán para demostrar a las hermanas, que hay una fuerza casi tan poderosa como la fe que les salvaguardaba hasta ese momento y que es el enfrentamiento a la naturaleza de uno mismo.
La espita que abra la válvula, será el señor Dean, consejero inglés del general, un hombre joven y atractivo, de carácter hedonista, que despertará los anhelos reprimidos de dos de las monjas...La hermana Cloudagh y la hermana Ruth.
Singular película, de una excepcional belleza visual que se integra perfectamente en la narración, resulta un prodigio que deja con la boca abierta y cuya fotografía fue merecidamente ganadora del Oscar, de mano de ese gran profesional que fue Jack Cardiff.
El film tiene diferentes enfoques. Comienza como lo que sería una película de aventuras de tintes colonialistas, que luego va derivando al drama coral, mientras va adquiriendo hondura psicológica, teñida de sensualidad y erotismo que nuestros directores supieron plasmar muy bien, esquivando la censura. Finalmente, la película se va convirtiendo en un cuento gótico de terror que le da un broche perfecto al film.
No se crean ustedes que esta extraña amalgama de subgéneros, daña el film. No es así. La cinta te va aprisionando poco a poco, sin dejar de causarte extrañeza, hasta absorberte por completo en
el climax final que permanecerá en la retina de los espectadores para siempre.
Un film singular de una pareja de directores singulares, a los que todavía el público no ha dado el reconocimiento que merecen.
Por cierto. Esta película se rodó íntegramente en estudio. Desafío a cualquiera a que me presente películas hechas con muchísimos más millones que ésta, rodadas en exteriores y todo eso, cuya belleza visual de los paisajes y la naturaleza y cuyo lenguaje cromático al servicio de la narración y el dramatismo, jueguen en la misma Liga que ésta.
Una película hecha en 1947. Ustedes dirán.
PD.
Si tengo que poner alguna pega, es al personaje del señor Dean, que me parece que se pierde mucho en la ambigüedad.
Comprendo que en 1947, no se podía mostrar en absoluto la vertiente sexual de la relación entre ellos y los espectadores tenemos que limitarnos a leer entre lineas.
Pero es que, visto hoy en día, casi casi parece un ser inocente y el espectador de hoy, tan acostumbrado a las escenas obvias y explícitas, puede quedar algo desorientado.
Por ello aviso al joven espectador que vaya a acercarse a ella por primera vez.
Piensen mal. Piensen todo lo mal que puedan y acertarán. Y el film, les parecerá otra cosa mucho más interesante, seguro.