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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
6
Aventuras. Comedia. Terror. Ciencia ficción. Fantástico. Thriller. Intriga El nieto del Hombre Invisible y su novia, que trabajan para los servicios secretos británicos, tienen una fórmula que les permite volverse invisibles y la usan para espiar a los nazis. Así es como consiguen desbaratar sus planes para atacar a los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
14 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una secuela más de la saga "El hombre invisible" que en esta ocasión y como estamos en guerra (es 1942), ha de aportar su granito de arena para la causa así que los responsables lo involucran en una trama de espías contra los nazis, con sus dosis de sermón y que funciona de manera bastante irregular.
Supongo que no era fácil decidir en aquel entonces el enfoque que podría dársele a este film. Se adivina la vacilación de los responsables que no parecen saber bien si encarar la película con total seriedad en su función propagandística, para lo cual fichan a dos monstruos de la talla de Peter Lorre y Cedric Hardwicke que, como era de esperar, componen dos villanos de fábula, mientras al mismo tiempo tratan de hacer malabares encajando elementos de comedia (las que van a correr a cargo de Jon Hall a costa de su condición de invisibilidad y el nazi traicionero tonto encarnado por J.Edward Bromberg, en un papel que podría recordar levemente al que encarnara Sig Ruman en "Ser o no ser" o "Traidor en el infierno"). Pero, si esa era la intención, no sale muy bien la mezcla. Ni este film resulta lo suficientemente contundente como cinta de aventuras de espionaje (que tiene un aire ingenuamente juvenil) ni funciona demasiado bien como comedia (que basa toda ella en mostrar los trucos de los efectos especiales y en las situaciones sorpresivas que surgen de ellos), estorbándose la una a la otra en lugar de fusionarse y mareando al espectador que no sabe si ha de tomarse la cinta en serio o no.
A pesar de ello la cinta está bien realizada. Los efectos especiales continúan siendo agradables de ver. La escena del baño con el protagonista enjabonándose sigue siendo una bonita estampa y los villanos proporcionan momentos de verdadera inquietud. Tengo que confesar que, a mí, Peter Lorre, siempre me ha causado pavor en la piel de esos personajillos ceremoniosos y llenos de autocontrol que tantas veces interpretó. Aquí me he quedado con las ganas de verle más. Su papel me resulta corto. Se echa de menos su presencia en más escenas del film. La brevedad de su papel es otro ejemplo de la vacilación de este film que duda demasiado de la dirección que debe tomar.
La relación de la pareja protagonista mantiene un tono lo suficientemente ambiguo como para mantener la intriga aunque, en realidad, todos sabremos desde el principio cómo va a discurrir y cómo va a acabar.
Sorpresas pocas con esta película. El juego que dan los trucos de la invisibilidad y ya. Para pasar el rato.
Izeta
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