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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
9
Drama La acción se desarrolla a finales del siglo XIX en una fábrica textil de Turín. Los obreros reivindican la reducción de la jornada laboral de 14 a 13 horas, para evitar los accidentes que provoca el cansancio. La aparición del extraño y entrañable profesor Sinigaglia (Marcello Mastroianni) hace que la protesta desemboque en huelga. La película, que oscila entre el sainete y la tragedia, presenta una galería de personajes antagónicos: ... [+]
8 de diciembre de 2019
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, si ya digo yo. Sé que voy a contracorriente de todas las modas y gustos actuales, pero sumergirme en el cine clásico, es lo que más alegrías me depara últimamente, sobre todo, cuando me encuentro con semejantes PELICULONES, de los que ni siquiera había oído hablar.
Esta película de Mario Monicelli, el director de Rufufú, me ha dado tal alegría que estoy a punto de llorar de emoción.
Una crónica social repleta de humanismo, rigor histórico, tragedia y humor a partes iguales, donde se nos cuenta la historia de los trabajadores de una fábrica textil a finales del siglo XIX, durante los comienzos de la industrialización y el capitalismo, con los inicios de las primeras huelgas obreras.
No, en serio, no os la podéis perder. Con un perfecto dominio narrativo, Monicelli nos introduce desde los primeros fotogramas, en una de esas horripilantes fábricas en las que los obreros trabajaban de sol a sol, presentándonos a un variopinto grupo de personajes a los que en seguida, dota de alma y profundidad.
Cuando suceda el enésimo accidente en la fábrica y un obrero resulte mutilado, los compañeros decidirán tomar cartas en el asunto. Algo hay que hacer. Pero ¿ qué? y ¿ cómo?.
Marcello Mastroianni, encarna en esta ocasión a un profesor buscado por la policía por agitador, cuya mente preclara le declarará apto para guiar a los humildes y analfabetos obreros por los caminos de una huelga en la que será preciso, estrategia, lucha, resistencia, solidaridad y firmeza para llevarla a cabo hasta el final.
¿Cuáles son sus reivindicaciones?.
Reducción de jornada de 14 a 13 horas diarias, para que el cansancio de los trabajadores no propicie los accidentes, alargar el momento del almuerzo de media hora a una hora, un seguro de accidentes y un par de liras de subida de jornal.
¿ No estaremos pidiendo demasiado?, afirma uno de esos pobres trabajadores. A mí se me pone la piel de gallina.
Y lo que más me ha gustado es cómo presenta Monicelli a todos los diferentes personajes del film. No hay ningún personaje idealizado, ni tampoco ningún maniqueísmo como se podría suponer. Naturalmente Monicelli toma partido por los trabajadores, pero no cae en la tentación de presentar a la patronal como seres demoníacos y sin alma. No. Son personas que defienden sus intereses y utilizan las artimañas e influencias que les otorga su estatus para ganar la guerra, pues de eso se trata.
Y también los trabajadores están retratados con mucho rigor. No nos cuentan patochadas de héroes anónimos e increíbles hazañas de lucha obrera.
Nos muestran a los obreros como lo que son. Algunos cobardes, otros se dejan engañar, otros más míseros cuyas necesidades son más acuciantes, solidaridad y traición, valentía y cobardía...Todos los claroscuros humanos que encontramos en cualquier colectivo.
Y humor. Monicelli deja mucho sitio al humor y eso engrandece esta película que mientras te ilustra sobre un tema tan serio, promueve siempre una sonrisa en medio que hace que, precisamente, te la tomes más en serio.
Creo, sinceramente, que es una de las mejores películas que he visto en mi vida, si no la mejor, sobre este tema.
Es de comprender que no sea más conocida. Esta película estuvo prohibida, ¿ cómo no?, en España y en muchos países.
Sólo ha llegado a España a través de la televisión y en muy escasos pases. ¿ Quién la ha visto?. Ni Cristo.
Pero si tropiezan con ella, háganme caso. No se arrepentirán.
Izeta
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