Media votos
6,7
Votos
2.399
Críticas
1.418
Listas
341
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Izeta:
9
7,9
4.559
Western. Drama
Nevada, 1885. Gil Carter (Henry Fonda) llega a una pequeña población del oeste en busca de su antigua novia, una mujer de dudosa reputación. Le acompaña su amigo Art (Harry Morgan). La inesperada noticia del asesinato de un conocido ranchero provoca que, ante la ausencia del sheriff, se forme un grupo de linchamiento del que tanto Gil como Art formarán parte. (FILMAFFINITY)
27 de abril de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es impresionante lo que Wellman en un título de !72 minutos!, es capaz de contar, el impresionante alegato que desarrolla, sin dejarse nada en el tintero, contra la injusticia de los que se toman la justicia por su mano.
En un pueblo del Oeste, una banda de cuatreros roba ganado. Al mismo tiempo, el dueño del ganado robado aparece asesinado. El sheriff se ha ido a otra ciudad, ! no hay tiempo que perder!.! Hay que reunir una cuadrilla que los detenga antes de que crucen la frontera!.
Así comienza este increíble drama en el que Wellman, nos va presentando a todos los personajes que intervienen en la cacería, donde con pocas palabras muy bien escogidas y muchísima pericia visual nos irán desglosando las razones de todos y cada uno de ellos para participar en el incidente.( spoiler)
Viendo este cine, me quedo atónito de cómo los de antes, los maestros, podían contar tanto con tan poco.
Unos caballos, una fotografía tenebrosa, unos fuera de campo, unas sombras y unas miradas, poses, gestos y palabras ( pocas), eran suficientes para radiografiar lo que otros, necesitarían una película de doce horas y, aún así, resultaría superficial y vana.
Esta película hay que verla sí o sí. No una vez sino varias. porque aquí está resumida la esencia de la perversión de la justicia. La razón por la cual ! TODOS!, somos culpables.
En un pueblo del Oeste, una banda de cuatreros roba ganado. Al mismo tiempo, el dueño del ganado robado aparece asesinado. El sheriff se ha ido a otra ciudad, ! no hay tiempo que perder!.! Hay que reunir una cuadrilla que los detenga antes de que crucen la frontera!.
Así comienza este increíble drama en el que Wellman, nos va presentando a todos los personajes que intervienen en la cacería, donde con pocas palabras muy bien escogidas y muchísima pericia visual nos irán desglosando las razones de todos y cada uno de ellos para participar en el incidente.( spoiler)
Viendo este cine, me quedo atónito de cómo los de antes, los maestros, podían contar tanto con tan poco.
Unos caballos, una fotografía tenebrosa, unos fuera de campo, unas sombras y unas miradas, poses, gestos y palabras ( pocas), eran suficientes para radiografiar lo que otros, necesitarían una película de doce horas y, aún así, resultaría superficial y vana.
Esta película hay que verla sí o sí. No una vez sino varias. porque aquí está resumida la esencia de la perversión de la justicia. La razón por la cual ! TODOS!, somos culpables.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
_ ! No podemos esperar!, alega uno de los hombres. La justicia es lenta en estos lares y se demoraría más con el papeleo. Si esperamos no se hará justicia.
_ Tendremos que ir con ellos, dice un Henry Fonda nada convencido. Si no, se echarían sobre nosotros ( algo así), ya que son los únicos forasteros del lugar.
Otros tienen sus razones. Pero ninguna que tenga que ver con la necesidad de justicia.
Un mayor confederado, arrogante y prepotente, tan sólo quiere dar una lección a su hijo, al que acusa de afeminado, creyendo que con esta experiencia va a hacer de él un hombre.
Una matriarca masculinizada se une a ellos. Es una de las más firmes defensoras de la cacería. ! Que se note que es una tía dura!
Algún borrego que otro. Siempre estarán en el lado de los que más chillan, no se vayan a quedar fuera del grupo.
Un juez pusilánime. Sabe que lo que están haciendo no es legal pero no tiene el carácter ni la firmeza necesarios para negarse a la presión que los ciudadanos ejercen sobre él.
Un borracho cabeza hueca. Encuentra diversión y se siente importante al ser nombrado verdugo.
Un ayudante de sheriff. Sabe que no tiene atribuciones para comandar el grupo pero, por fin, puede ejercer alguna autoridad y dejar de ser nadie.
Una farsa de juicio. Resulta que son los acusados los que tienen que tratar de demostrar su inocencia y no al revés.
Es la mayoría la que decide la inocencia o la condena de los acusados, como si el hecho de suscitar una condena mayoritaria implicara que se había hecho justicia. Y eso no es así. NO debiera ser así.
Siete hombres se desmarcan. No están a favor del linchamiento. Pero ¿ eso implica que no son culpables?. En la película así es, pero yo no estoy tan seguro. Los que no hacen nada, quizá no sean culpables, pero yo tampoco creo que sean del todo inocentes. Henry Fonda, lo sabe y la carta también pesa en su conciencia.
La escena final. Todos los hombres acodados en la barra, saben que son unos asesinos y miran cabizbajos al mostrador. Henry Fonda lee la carta. Un puñetazo a nuestras conciencias que nos despierta por momentos y tomamos conciencia de la verdad.
Pero,¿por cuánto tiempo?. ¿ Esos hombres han aprendido algo?. La película cierra ahí y no vemos lo que ocurre más adelante, quizá unos años después, cuando ya hemos vuelto a adormecer nuestras conciencias y un nuevo incidente tenga lugar.
¿Seremos prudentes?, o ¿nuestros demonios interiores volverán a saltar y taparán nuestra razón y conciencia?.
Sólo aprenderemos si queremos aprender.
Un peliculón. Y en 72 minutos. Que aprendan los de ahora.
_ Tendremos que ir con ellos, dice un Henry Fonda nada convencido. Si no, se echarían sobre nosotros ( algo así), ya que son los únicos forasteros del lugar.
Otros tienen sus razones. Pero ninguna que tenga que ver con la necesidad de justicia.
Un mayor confederado, arrogante y prepotente, tan sólo quiere dar una lección a su hijo, al que acusa de afeminado, creyendo que con esta experiencia va a hacer de él un hombre.
Una matriarca masculinizada se une a ellos. Es una de las más firmes defensoras de la cacería. ! Que se note que es una tía dura!
Algún borrego que otro. Siempre estarán en el lado de los que más chillan, no se vayan a quedar fuera del grupo.
Un juez pusilánime. Sabe que lo que están haciendo no es legal pero no tiene el carácter ni la firmeza necesarios para negarse a la presión que los ciudadanos ejercen sobre él.
Un borracho cabeza hueca. Encuentra diversión y se siente importante al ser nombrado verdugo.
Un ayudante de sheriff. Sabe que no tiene atribuciones para comandar el grupo pero, por fin, puede ejercer alguna autoridad y dejar de ser nadie.
Una farsa de juicio. Resulta que son los acusados los que tienen que tratar de demostrar su inocencia y no al revés.
Es la mayoría la que decide la inocencia o la condena de los acusados, como si el hecho de suscitar una condena mayoritaria implicara que se había hecho justicia. Y eso no es así. NO debiera ser así.
Siete hombres se desmarcan. No están a favor del linchamiento. Pero ¿ eso implica que no son culpables?. En la película así es, pero yo no estoy tan seguro. Los que no hacen nada, quizá no sean culpables, pero yo tampoco creo que sean del todo inocentes. Henry Fonda, lo sabe y la carta también pesa en su conciencia.
La escena final. Todos los hombres acodados en la barra, saben que son unos asesinos y miran cabizbajos al mostrador. Henry Fonda lee la carta. Un puñetazo a nuestras conciencias que nos despierta por momentos y tomamos conciencia de la verdad.
Pero,¿por cuánto tiempo?. ¿ Esos hombres han aprendido algo?. La película cierra ahí y no vemos lo que ocurre más adelante, quizá unos años después, cuando ya hemos vuelto a adormecer nuestras conciencias y un nuevo incidente tenga lugar.
¿Seremos prudentes?, o ¿nuestros demonios interiores volverán a saltar y taparán nuestra razón y conciencia?.
Sólo aprenderemos si queremos aprender.
Un peliculón. Y en 72 minutos. Que aprendan los de ahora.