Un film desbordante de psicodelia, con crítica exorbitante, atrevido, provocador, con escenas tan delirantes que culminan en un maravilloso surrealismo. Por momentos grotesco e irreverente, pero no por eso deja de ser interesante; al contrario, te sumerge más a explorar al desnudo en ese muladar que era la Iglesia en aquella época (escenografía muy buena, por cierto). Una joya trepidante que se aventura a mostrar lo que pocos se atrevieron, recomendable para todos aquellos que les gusta el tema de la religión, lo maniqueo y perturbador; el cine más maldito sin paliativos, sin duda, de lo más demencial y delirante que he visto en cuanto a esta temática.