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Voto de Coronel Lallie:
2
Serie de TV. Drama Miniserie de TV (2011). 2 episodios. Miniserie biográfica sobre el Cardenal Tarancón, un hombre clave en la época de la Transición por sus esfuerzos para conciliar a las "dos Españas". El asesinato por parte de ETA de Luis Carrero Blanco, el 20 de diciembre de 1973, provoca la salida de Madrid del cardenal, que es amenazado de muerte. Una vez lejos de la ciudad, Tarancón recuerda cómo era su vida cuando era un joven sacerdote prófugo ... [+]
31 de diciembre de 2011
4 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es fácil hacer que "Cuéntame como pasó" se convierta en un referente de la sutileza: con su voz en off de discurso pueril y perversamente buenista, con sus arquetipos de personajes 'arnichescos' que se pretenden serios, o con sus cameos improbables en en plan "El jovencito Indiana Jones", ouh yeah.
Pues la casi imposible tarea de hacer que todo eso se convierta en un referente de la sutileza cinematográfica y el rigor histórico la consigue... ¡Tarancón. El quinto mandamiento!

Con una manada de guionistas que no hacen otra cosa que unir ocurrencias pseudohistóricas (absolutamente descontextualizadas: tomadas desde un perspectiva actual más fruto de la incultura estructural de los pobrecicos, que no dan para más, que de ninguna mala fe) a través de diálogos dignos de antología, que parecen sacados de 'La hora Chanante' por su mezcla de puerilidad y ridícula pretenciosidad. Lo malo es que aquí se supone que van en serio, oiga. Y eso da miedo. Y pena. Y cabreo, oiga.

Y si a esos diálogos imposibles le suma usted un reparto compuesto por la camarilla de valencianos de las artes (las artes de vivir del dinero público hecho subvención, se entiende; y en esta peculiar arte es maestro desde hace muchos años el ínclito José Sancho) pues obtiene usted unos sueldos buenísimos para una labor actoral que da, sencillamente vergüenza ajena (excepción hecha de Eusebio Poncela -cada día más estupendamente perverso-, de Roberto Álvarez -que hace lo que puede con sus estúpidos diálogos- y de Guillermo Montesino -quien claramente se les ha colado, pese a ser buen actor, vía subvención por ser valenciano).

Y todo esto hablando acerca de los dos últimos tercios del metraje, porque el primer tercio no tiene nombre: si ese piloto hubiera llegado a las manos de la HBO, ahora esa compañía se hubiera reconvertido automáticamente en una cadena de hamburguesas, vía depresión instantánea y sock neuronal irreversible.
Cualquier biopic de Antena 3 -y recalco el "cualquier"- le da mil patadas a este engendro que sólo tiene de bueno su carácter social: por haber ayudado a sus subvencionados perpetradores a pagar unos meses más de sus humildes y céntricos atiquitos y chaleses de honestos trabajadores de la cultura.

Una vez asumido el horror y la podredumbre -no técnica pero sí artística- de este producto, a uno ya sólo le queda el dedicarse a imaginarse la trama mafiosa de productores y artistas valencianos que viven de estas estafas al erario público, y esa visión, ese esperpento y esa desazón de la amoralidad como sistema y como norma le lleva a uno a fantasear con que Berlanga se hubiera dedicado, con una cámara oculta, a rodar los entresijos del 'making' de esta producción, a la que se le ve el cartón, y que el maestro, aunque muerto, ya retrató en las escopetas nacionales y en "Todos a la cárcel" a la perfección.

Es desolador vivir en el mundo de Berlanga sin un Berlanga que nos consuele por ello.
Coronel Lallie
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