Con intención de emular los clásicos del cine negro, en blanco y negro, valga la redundancia, del cine de los años cuarenta, Soderbergh despliega aquí un onanista y autobomboso (si es que esa palabra existe) experimento en el que da rienda suelta a sus más enloquecidos delirios de grandeza para parir una cinta absolutamente pretenciosa pero totalmente vacía, hueca y que para querer emular a aquellos clásicos en cuanto a forma no pega en absoluto en ocasiones en cuanto a contenido y menos en cuanto a diálogos.

Me explico, ¿Os imagináis a Ingrid Bergman en Casablanca diciendo algo así como lo que dice la compañera de piso de Cate Blanchett? Eso de... "me podría pasar el resto de mi vida follando". Y no es que sea un puritano ni mucho menos, pero si no pega en el contexto que quiere reproducir no pega y hacer una película de los años cuarenta en el siglo XXI si ya de por si parece disparatado esto la hace totalmente ya inclasificable, convirtiendo el estilo retro en blanco y negro en un mero caprichito del director.

Para contar una historia de postguerra no se debe recurrir tan gratuitamente a recursos estilísticos como de los que Soderbergh tira, primando más el continente que el contenido, pues la historia no es que sea muy clara que digamos, ¿o acaso "El hundimiento" por citar otra obra del mismo contexto histórico deja de ser menos buena por estar rodada en color y sin tanta pomposidad? A mi me parece que no.

Todo malo tampoco es, está bien recreada pese a lo chocante de algunos diálogos para con como está ambientada, a Cate Blanchett le sienta bien el look cuarentero (aunque no ese horrible acento ruso más que alemán), el Berlín de postguerra es creíble y los rusos animan bastante el cotarro. Pese a todo creo que es el típico caso en que la película no solo se parece ni por asomo al libro en que está basada y éste último es infinitamente mejor. Lo tengo por ahí pendiente por leer, ya os lo confirmaré entonces.

"Cuando te conocí habrías tenido bastante con la lata de atún"