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Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
4
Thriller. Drama Hélène Régnier (Stéphane Audran) abandona a su toxicómano esposo Charles (Jean-Claude Drouot), después de que éste dira una brutal paliza al hijo de ambos, enviándolo al hospital. Hélène decide quedarse en un hotelucho mientras acelera los trámites de divorcio. Pero tiene todas las de perder ante la influyente familia de Charles quien, pese a todo, podría quedarse con la custodia de su hijo tras una serie de maniobras... (FILMAFFINITY)  [+]
18 de febrero de 2011
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lees la sinopsis y ves cosas como una brutal paliza, toxicómano, burgueses mezquinos, divorcio y custodia del hijo y te dices buah aquí Chabrol va a repartir bien.
Primera escena. El "actor" que hace de drogata parece un zombi del tren de la bruja. La escenificación es tan artificial que dan más ganas de reírse que no de otra cosa. Nada. Ni caso. Seguro que ese día estaban de resaca.
Pero después de ese mal trago, en vez de pasar a apuntar las taras de cada personaje, prosiguen recreándose en la pena de la pobre damisela, que de cansada que está casi desfallece en pleno hospital y es arropada por un médico estupendo que se la lleva en volandas. Y ahí te dices que es definitivo, que el enfoque de la película es cochambroso y que así es imposible que salga nada bueno.

El tiempo te da la razón ya que todo lo que entra en juego es pura morralla y siempre se opta por lo facilón. En vez de ser corrosivo y pintar un cuadro dónde todos los personajes tengan un lado oscuro y los burgueses sean peores por tener el poder, resulta que se prefiere el melodrama barato, la crítica de trazo grueso y de pólvora mojada, el maniqueísmo descarado y arroparse en un tejido moral tan pacato que bien podría tratarse de una película hollywoodiense. En "La Ruptura" los buenos, como ahora la sufrida madre o su abogado, son santurrones de moral irreprochable, idealmente limpios y generosos, y los malosos a penas sí llegan a zafias caricaturas. Ojo al dato:

- El personaje de Cassel es un vago, un torpe y un mentiroso al que sólo le falta llevar un cartel dónde se lea soy malo y me gusta. ¿Quién en su sano juicio le encargaría tamaña empresa a un pazguato como ése en vez de a un sicario profesional? ¿Y esa novia que lo único que hace es pasarse el día en bolas en su habitación y tirársele encima cada vez que lo ve? ¿Se quiere dar a entender la asociación sexo = perversión? ¿De qué colegio de monjas ha salido esa idea?
- El "importante industrial" sólo habla para amenazar, renegar o conspirar, es tan simplón que es raro que no le hayan hecho llevar una capa oscura y lanzar pérfidas carcajadas para que entendamos que ése es el gran malo.

Ésas no son armas para el temible azote de una sociedad falsa e hipócrita. Así no. Es imposible que después de ver una película así de meliflua haya alguien que le dé por reflexionar y que pueda ver fidedignamente qué es lo que anda mal en la sociedad europea.

(Continúo abajo sin spoilear nada)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jean Ra
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