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Voto de harryhausenn:
6
Drama. Romance La historia real de Mildred y Richard Loving, una pareja que se casó en Virginia en 1958. Debido a la naturaleza interracial de su matrimonio, fueron arrestados, encarcelados y exiliados. Durante una década la pareja luchó por su derecho a regresar a casa. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2017
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Loving es la historia de un matrimonio interracial cuya lucha contra el poder consiguió levanta el veto del estado de Virginia a estas parejas. El director, de gran talento y honestidad, rechaza el esquema de héroe de la clase obrera cuyo sacrificio se ve recompensado en un éxtasis emocional. Tampoco sigue el cliché de perro apaleado que se convierte en mártir. El punto fuerte de la película es mostrarnos la vida cotidiana del matrimonio, de inmiscuirnos en su intimidad según pasan los años, viéndolos cómo intentan vivir con normalidad pese al impedimento judicial.

Debido a ello, puede dar la sensación que de haber mostrado ambos mayor conocimiento o empeño la situación se hubiera solucionado antes. Pero poco nos importa, pues Loving reivindica precisamente ese amor puro que se profesaron, al margen de convencionalismos burocráticos que apenas interesaban o comprendían. Es gracias a ello que la pareja destaca por encima del resto: un hombre blanco de los 60 que renuncia a sus privilegios y se convierte en víctima indefensa. Una mujer negra que nunca ha salido del pueblo hasta el día de su matrimonio y sobre quien recae la fatigosa y eterna lucha por el sentido común. Proeza que comienza escribiéndole una ingenua carta al senador Bobby Kennedy al ver la mujer por la tele el discurso de Martin Luther King en el Capitolio, a un par de manzanas de su propia casa, mientras hace la colada.

Nichols deja bien claro que la primera piedra contra una ley racista fue puesta pour une joven negra de clase baja que hasta ese momento nunca supo qué eran los derechos civiles. La contención de ambos actores y la ternura de los momentos que el director recrea, libres de azúcar -el silencio tras la llamada de teléfono final- desnudan el relato hasta reducirlo a los sentimientos más elementales de dos personas desprovistas de armas ante un gigante administrativo que los sobrepasa. El señor Loving hace evidente el derecho fundamental cuando da a su abogado un recado para el Tribunal Supremo "Dígales que amo a mi mujer". Tan simple como eso.

Sin embargo, el único lastre de la película es precisamente la trama judicial, necesaria hasta cierto punto. Aunque es justo rendir homenaje a los profesionales que ayudaron a la pareja, y por ende, a la sociedad, Nichols se ve obligado a retratarlos como torpes o poco agraciados. Sin duda para alejarse de la deshonrosa etiqueta de "salvador blanco" de la que afortunadamente, el guión escapa. En esta parte judicial es donde el estilo académico asoma la cabeza diluyendo la fuerza de la obra.

Cuando Nichols estrenó Midnight special, creíamos que se trataba de una ciencia-ficción convencional para poder financiar su siguiente proyecto. Sorprendentemente, su anterior película resultó ser más fiel a su propio estilo que Loving, que aunque en ningún momento decae, en la segunda mitad se adapta a ciertos convencionalismos con los que Nichols no solía comulgar.
harryhausenn
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