Sinceramente, poco o nada puedo agregar con mi crítica, como no sea decir que después de haber leído unas cuantas previas -que van de lo muy elogiosas a denostadoras-, me encuentro curiosamente situado en un punto intermedio de valores y defectos. En casi todas ellas hay aspectos que comparto y otros que no, de modo que ni pienso que con esta remake Herzog ha tenido en sus manos un guión para hacer de el una obra maestra, ni tampoco ha realizado un film descartable. Rescato sí lo que considero una gran caracterización de Nicolas Cage, un "tour de force" que le ha exigido estar omnipresente a lo largo de toda la cinta. Y que independientemente del defecto genético de la industria hollywoodense -los finales "felices"-, el personaje principal es lo opuesto a un arquetipo yanqui. Mas bien todo lo contrario.
Como thriller, en el sentido clásico del término, adolece del defecto de escasez de suspenso y falta de originalidad en las situaciones delictivas a lo largo de las cuales se desenvuelve la personalidad del detective que encarna Cage. Y ello me hace concluir que, más que un policial, es un drama sobre el derrotero de un policía en acción, lo cual en verdad es coherente con el título original de la película, aunque invierta el sentido del género.
Muy entretenida no es, tampoco aburrida. No deja de exhibir la perversa interdependencia entre fuerzas policiales y delictivas y el grado de decadencia social -individual y colectivo- en otra de las grandes ciudades estadounidenses. Y cuenta con una muy buena banda de sonido de Mark Isham.
La recomiendo en tanto y en cuanto forma parte de la sigularísima filmografía del eminente cineasta alemán.