Este film es una gran lección para todo el mundo (no sólo a quienes se dan por aludidos en la cinta de Lone Scherfig) sobre las decisiones que marcan el camino del ser humano y que en la vida lo importante no es cometer los mismos errores, si no nuevos errores. Esta historia sencilla ambientada en los años 60´s, que conmueve, deleita, amén de su incandescencia visual, nos señala a una chica llamada Jenny (una Carey Mulligan gigante en su caracterización), que está a punto de cumplir 17 años y que un día lluvioso conoce a un treintañero llamado David (Peter Sarsgaard).

Howard Gardner en su libro “Las cinco mentes del futuro” (de lectura obligada para todos aquellos medianamente cultos) sentencia: “Es mucho más fácil hablar de respeto que lograrlo y creo que el respeto empieza por entender cómo se trata a los niños, cómo se trata a los adultos, cómo los adultos de un mismo status se tratan entre sí”.

Siempre es bueno cuando conversamos con nosotros mismos, definir dónde están nuestras responsabilidades como estudiantes, como padres e hijos, como lideres, como ciudadanos. “Uno es ético cuando hace cosas que están bien, aun si esas acciones van contra nuestros intereses”. ¡Claro! No es el caso específico de Jenny en “An education”, de quien escuchamos en la cinta: “Para la vida que quiero no necesito atajos”.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)