Ridícula, si pretende hacer gracia con sus tonterías, se queda muy lejos de conseguirlo. Ni siquiera es digna de una pequeña sonrisa, con ninguna escena. Demasiado absurda, no hay ningún personaje normal a la vista. La historia de una familia completamente loca, en la que incluso se pelean por saber quién está más loco de todos ellos. Los vecinos, son remilgados e insufribles. Y en cuanto a la niñera que contrata su padre, tampoco se queda corta. En serio, que están muy locos, sin excepción. Con lo cual, toda la película se convierte en una locura sin sentido común. Un resultado más que lamentable. Por desgracia, ni siquiera se salvan las actuaciones, ya que la mayoría de los personajes poseían un carácter histriónico, de modo que los actores sobreactúan para respetar las exigencias del guión. Para colmo, es una película muy aburrida.