La realidad supera a la ficción pero cuando la ficción parece tan real lo tiene mucho más difícil, este es el caso de La evasión. Un hombre injustamente condenado ingresa en prisión, donde deberá compartir celda con un grupo de condenados a muerte que planean fugarse, tras la desconfianza inicial que suscita, deciden contarle el plan.
Quien espere una trepidante cinta de acción al estilo La gran evasión es mejor que se olvide, ya que aquí lo que se pretende es transmitir al espectador la sensación de agobio al estar encerrado entre cuatro paredes, la claustrofobia de tener que meterse por el estrecho agujero que pacientemente han cavado en el suelo, la angustia de ser descubierto en cualquier momento por los carceleros. Y para ello el director decide no salir en ningún momento al exterior, la cámara siempre acompaña a los presos para que nos identifiquemos con ellos, incluso en sus largas excursiones nocturnas, a parte la ausencia de banda sonora le aporta mayor realismo si cabe y doy fe de que lo consigue.
El ingenio con el que los presos tienen planificada su huida y los diálogos concisos e inteligentes ayudan a que esta sea una joya del cine francés, donde por encima de todo se habla sobre el compañerismo, la lealtad y la amistad de unas personas obligadas a trabajar juntas por salvar sus vidas, sin importar la gravedad de sus delitos, el director logra que te identifiques con su causa y desees que se salven después de tanto esfuerzo.
Altamente recomendable.