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Voto de Javi McClane:
5
Serie de TV. Terror. Fantástico Serie de TV (1995-1998). 4 temporadas. 74 episodios. Teleserie en la que criaturas fantásticas emergen de los objetos más familiares y cotidianos, máscaras de halloween se adueñan de la personalidad de su portador, terroríficos espantapájaros que cobran vida, artilugios inquietantes, cementerios, brujería y conjuros Nadie está a salvo en el colegio, en el hogar en el vecindario. En cada rincón puede esconderse algo o alguien que ... [+]
21 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo reconozco. He sido demasiado duro con Netflix en infinidad de críticas, dejándolos de recolectores de basura, debido a productos mediocres destinados a las estanterías de los videoclubs pero que acababan en la popular plataforma.

Digo esto porque no he sido justo, ya que Netflix también tiene cosas muy buenas. Por ejemplo los grandes estrenos que nos está trayendo últimamente, o el regreso de series míticas, como la que nos ocupa ahora, que no es otra que Pesadillas (Goosebumps).

En cuanto supe la noticia, me alegre mucho, ya que es una de esas series de mi infancia, y tenía ganar de ponerme nostálgico con el revisionado de los episodios de su primera temporada, que es la que han colgado en Netflix. 

Pero la serie no existirá si no fuese por los libros, cortesía de R.L. Stine, pequeñas novelas de terror destinadas a un público de corta edad, y que hicieron las delicias de infinidad pequeños alrededor del mundo. En España arrasaron y consiguieron que muchos niños y niñas se sintiesen atraídos por la lectura (como fue mi caso), lo cual no es ninguna broma y es un gran logro. Yo todavía conservo mi colección de Pesadillas (me fascinan sobre todo sus increíbles portadas, siendo todas ellas una maravilla), y tengo pensado más pronto que tarde retomar la lectura de algunos clásicos de Stine. 

Y bueno, como ya digo, he revisionado los episodios de la primera temporada, y la verdad es que era bien consciente de que iba a encontrarme con capítulos casposos y que no han resistido bien el paso del tiempo, pero debo confirmar, mal que me pese, que son directamente mediocres. 

Y es que su público objetivo es el infantil, ya que visto por los ojos de un adulto es una serie endeble, con unas tramas de juzgado de guardia (lo siento Stine, pero es la verdad), una dirección que deja bastante desear, y unas actuaciones flojas y sobreactuadas, y no me refiero sólo a los niños protagonistas, precisamente. Por cierto, el protagonista de un episodio es el mismísimo Ryan Gosling. Lo comento como dato curioso.

El caso es que duele ver como la serie se ha quedado atrás en cuanto a calidad, si es que alguna vez la tuvo. Y es que, indudablemente, a veces es mejor dejar las cosas en el recuerdo y no arriesgarse a descubrir que lo que te gustaba y apasionaba de pequeño, hoy en día deja bastante que desear.

Eso sí, a destacar su fabulosa y legendaria intro, más por la música (fabulosa) que por lo que muestra, ya son los mismos efectos cutres que veremos a continuación en los episodios. En eso no engañan a nadie, pero no deja de ser un opening maravilloso.

A pesar de todo, me alegro de que Netflix haya apostado por un producto tan mítico y de estas características, y aunque rezume caspa por los cuatro costados, al menos es una oportunidad para los que más pequeños (los de ahora) disfruten de una serie con la que muchos de nosotros crecimos.

Y es que Pesadillas, le pese a quién le pese, forma parte de nuestra historia, ya sea por sus simpáticos libros o por su adaptación televisiva. Un buen regalo de Navidad, cortesía de Netflix.

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Javi McClane
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