Secun de la Rosa es un actor español que cae bien, ya sea por su genial personaje en la serie Aída, o por un físico que casi siempre le lleva a ser el bonachón de las producciones en las que participa, de ahí que simpaticemos con él de forma irremediable. El caso es que Secun es otro de esos intérpretes que se han pasado a la dirección (y escritura de guion), siendo El Cover su debut tras las cámaras. Presentada como una simpática comedia musical, la historia nos promete un bonito homenaje a los covers (artistas que versionan éxitos de otros cantantes) con Benidorm como telón de fondo. ¿Qué puede fallar? Pues que el film sea descafeinado y carente de garra, que es precisamente lo que ha sucedido.

De la Rosa ofrece una dirección convencional, a la que no se le pueden buscar demasiados reproches, pero tampoco muchas virtudes, siendo un trabajo cumplidor, pero poco más. Es un debut, tampoco nos vamos a poner quisquillosos, además de agradecer la escasa duración del film, logrando que no se haga pesado. Eso sí, parece ser que tenían prisa en finalizar, por que el desenlace no puede ser más abrupto. Y es que el guion, obra del mismo director, se queda a medias de todo y a pesar de sus buenas intenciones, que no son pocas. Como homenaje a los covers funciona, estando seguro de que los mismos saldrán satisfechos de su visionado, no pudiendo decirse lo mismo del resto de espectadores, los cuales seguramente se topen con una historia floja, descafeinada y que jamás va más allá, como si se conformase con lo que tiene.

Por otro lado, en la primera mitad del film no sabes muy bien cuál es el objetivo del director, ya que el conflicto dramático tarda demasiado en hacer acto de presencia, y cuando lo hace, ya nos importa bien poco. No ayuda que el personaje principal no interese demasiado, forzando la emotividad y el dramatismo con un pasado que ralentiza el ritmo de los acontecimientos, cuando el personaje de la cantante que es feliz con lo que hace tenía mucho más potencial. Sus momentos son los mejores del film, con un tono ameno y desenfadado que lamentablemente no se mantiene, ya que de la Rosa apuesta más por el drama que por la comedia, cuando esta película pedía a gritos lo segundo.

La trama romántica no estorba, pero tampoco atrapa, y se desaprovechan a unos secundarios que están pidiendo más minutos. De nuevo, no hay ningún problema en que un film de estas características no sobrepase la hora y media, pero no si te dejas cosas por el camino, como es el caso. Faltan cosas, y hay cierres insatisfactorios para unos personajes a los que quizás no se les tendría que haber dedicado tantos minutos, ya que no se sabe qué hacer con ellos.

Respecto al reparto, todos funcionan (algunos más que otros, obviamente), agradeciéndose la presencia de intérpretes de la talla de Juan Diego o Carmen Machi (aunque lo de ésta roce el cameo), pero quien destaca y roba el show es Marina Salas, aportando carisma y frescura al mejor personaje de la película, eclipsando al resto de compañeros. Es por ello que considero que no ha sido buena idea darle protagonismo a un personaje que no genera el mismo interés.

En conclusión, y mal que me pese (porque me cae bien de la Rosa), estamos ante un film que seguramente todos hayamos olvidado en un par de días, al no aprovechar sus elementos (la ciudad y el tono desenfadado daban para más) y conformarse con lo que tiene, siendo una producción con buenas intenciones (no deja de ser una carta de amor a los profesionales de la música), pero que dudo que deje huella en el espectador. Una lástima, porque aquí había potencial para mucho más. Otra vez será.

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