Desde que supe de la existencia de ‘Supernova’ y de quiénes eran sus protagonistas, tenía claro que esta película la tenía que ver tarde o temprano. Y es que a los señores Firth y Tucci no se les dice que no, y menos cuando son los dos protagonistas. Pues bien, por fin he podido verla, y creo que este drama da exactamente lo que promete, que no es otra cosa que dos sobresalientes actuaciones de su dúo protagonista, una historia de amor tan bella como dura, y una cinta de esas que te dejan pensando, que nunca está de más.

El director (también guionista) ofrece un trabajo íntimo, cercano, y que funciona, sin más. Hablamos de una película pequeña, sencilla y que no tiene ambición alguna, destacando que la cinta dura apenas noventa minutos (aunque el ritmo sea algo lento, que no aburrido), notándose que se tienen las cosas bastante claras. En cuanto a la historia, me quito el sombrero ante la normalización de la pareja protagonista, no destacando en ni un solo minuto de la cinta su orientación y centrándose en la trama principal. Sinceramente, creo que es el camino a seguir, porque una relación entre dos hombres es lo más normal del mundo (y quién piense lo contrario…), y aquí asistimos a una historia de amor de las que te encojen el corazón, aunque luego te den un duro golpe en el estómago.

Porque sí, esto es una preciosa historia de amor, pero también un drama, con una premisa principal que se ha abordado en infinidad de producciones, pero que no por eso deja de tener impacto. Por otro lado, los personajes son muy interesantes y están muy bien dibujados, con unos diálogos que te atrapan, queriendo saber más de ellos, cosa que nos impide su breve duración. Al final es un cinta que funciona y cumple su cometido, pero que renuncia a ser algo más (podría haber sido algo memorable con algunos retoques y algo más de ambición), conformándose con ser lo esperado, y apostándolo todo a sus dos inmensos protagonistas.

Y hablando de los mismos, obviamente esto no sería lo mismo sin las sensacionales interpretaciones de Colin Firth y Stanley Tucci, siendo ambos igual de excelentes. El primero ofrece una actuación contenida y comedida, de esas que llevan la procesión por dentro, mientras que Tucci (eterno secundario que merece más papeles protagónicos) nos regala una interpretación cargada de matices. Sobra decir que me es imposible discernir cuál está mejor de los dos, porque ambos están increíbles. La verdad es que no entiendo por qué se les ha ignorado en la temporada de premios porque, sinceramente, creo que estamos ante dos de sus mejores actuaciones, y mira que me considero admirador de las carreras de ambos intérpretes, en especial de la de Tucci. Consejo de amigo: si os gustan estos magistrales intérpretes, no perdáis la oportunidad de verles desplegar su magnético y fascinante talento en un drama que quizás no esté a la altura de su maestría (el nivel es muy alto), pero que merece la pena.

En conclusión, una bonita y dolorosa historia de amor, que no deja indiferente y ofrece una necesaria reflexión, pero que quizás podría haber dado más de sí. Algo le falta, aunque las intenciones estén más que claras. Eso sí, sólo por ver a dos monstruos de la actuación como son Firth y Tucci, ya merece la pena, aunque el viaje y su destino muestren una realidad que nadie quiere aceptar. Y es que a veces hacen falta este tipo de historias, aunque duelan.

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