Menudo avance el del cine independiente que como todo se está empezando a corromper, no lo digo porque sea malo sino porque nuestras plegarias se están cumpliendo aunque no de la forma que hubiésemos querido. Tanto tiempo reclamándole a la Academia que mirara al costado que había buenos films del lado independiente y zaz, ahora parece que cada año traen una de algún festival como el Sundance o el Spirit y no necesariamente la mejor.

"La niña del sur salvaje" es un claro ejemplo de lo que supone el engrandecimiento de lo desconocido. Un film que logró un golpe de taquilla impredecible, de seguro ninguno de sus productores pensó que se haría rico con esta película. Lo cierto es que la crítica la alabó casi que unánimemente y llegó sin pensarlo a los Oscar en cuatro categorías principales (sólo le faltó actor), todo un logro para un film que no pasa de interesante en su propuesta.

La ópera prima de Zeitlin es un intento de fábula -trata a los protagonista como animalitos en una selva, de ahí su título, las bestias son las personas que habitan en este asentamiento- que juega a ser un cuento de hadas realista. La cosa funciona a medias; esa mezcla que hace el montaje entre, el estilo dogmático (Von Trier) casi documentalista de llevar la cámara y las escenas surrealistas como los sueños de la niña (icebergs y jabalíes gigantes) o la secuencia en el prostíbulo, no es del todo convincente, algunos la llaman realismo mágico, yo no le veo lo mágico. El realismo mágico supone la coexistencia de elementos "ilógicos" o casualidades extrañas con una historia meramente real, pues en esta película no hay magia o elementos poco explicables, sólo hay un paralelismo entre los sueños de la niña y la realidad pero eso no es magia es simplemente una comparación que hace el guionista entre el horror de un iceberg o una invasión jabalí con lo que le sucederá a La Tina (el asentamiento).

El guión fluye sólo pero a veces parece ir sin rumbo y el objetivo de la narración de difumina fácilmente, además del detalle que varios señalan sobre la voz en off. El problema no es el recurso que dicho sea de paso me parece acertado, sino los diálogos empleados que claramente no concuerdan con la edad de la niña ni con su nivel académico.

La música lo es todo para esta película, compuesta por el propio director y el compositor Dan Romer, se transforma en un personaje más de cada escena y logra hacer trascender aquellos momentos más emotivos que sin esta BSO pasarían desapercibidos.

Obviamente gana bastante al ser un film independiente y primeramente hecho sin demasiadas pretensiones, aunque luego de este engrandecimiento uno la llega a verla con otros ojos porque la crítica ha prometido algo que "La niña del sur salvaje" no puede dar.

Decir que la actuación de Wallis es buena pero es una rotunda exageración esa nominación al Oscar, incomparable con las otras cuatro nominadas, ni con otras niñas nominadas anteriormente como Abigail Breslin.

Lo mejor: la banda sonora que logra ser más que un mero acompañamiento.
Lo peor: una historia poco encaminada, un film con poca cosa que contar y que intenta separarse de lo documentalista pero falla.