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Voto de Ketty Analfer D:
6
5,8
20.993
Terror. Romance. Fantástico. Thriller
Como consecuencia de una tragedia familiar, una escritora es incapaz de elegir entre el amor de su amigo de la infancia y la tentación que representa un misterioso desconocido. En un intento por escapar de los fantasmas del pasado, se encuentra de pronto en una casa que respira, sangra… y recuerda. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la sombra del Drácula de Francis Ford Coppola -terror, romance, fantasía en un mundo barroco- pero cualitativamente más cerca de la insulsa "Entrevista con el vampiro" (Neil Jordan, 1994).
Con claras referencias literarias y cinéfilas, apellidos como Cushing, autores como Arthur Conan Doyle, Mary Shelley o incluso Jane Austen. Sombras y efectos descaradamente similares a los de "Drácula de Bram Stoker" (Francis Ford Coppola, 1993), la película de Guillermo Del Toro se queda en una mera enumeración de referencias que no conectan entre sí, y lo que es peor, no aportan a la trama más que un halo de falsas florituras.
Un diseño de producción barroco, pomposo -marca de la casa-, pero que no alcanza para disfrazar la simpleza de un guión que no sólo peca de sencillo sino de inocentemente predecible: todo lo que usted supone que está pasando y pasará, parafraseando a Groucho, es lo que está pasando y pasará; muy lejos del nivel de profundidad que el director y guionista nos ofrecía en su obra cumbre: "El laberinto del fauno". Muy desaprovechada lo que podría haber sido una trama de policial al estilo Arthur Conan Doyle, como la propia protagonista sugiere, o al menos acercarse a otra de las referencias de la joven Edith (Wasikowska): Mary Shelley.
Chastein es la única capaz de agregarle algo de chispa a un reparto que está poco más que correcto, en un film donde nada sobresale, y donde los verdaderos protagonistas son los efectos visuales siempre tan explícitos como acostumbra Del Toro, aunque poco sugerentes.
Con claras referencias literarias y cinéfilas, apellidos como Cushing, autores como Arthur Conan Doyle, Mary Shelley o incluso Jane Austen. Sombras y efectos descaradamente similares a los de "Drácula de Bram Stoker" (Francis Ford Coppola, 1993), la película de Guillermo Del Toro se queda en una mera enumeración de referencias que no conectan entre sí, y lo que es peor, no aportan a la trama más que un halo de falsas florituras.
Un diseño de producción barroco, pomposo -marca de la casa-, pero que no alcanza para disfrazar la simpleza de un guión que no sólo peca de sencillo sino de inocentemente predecible: todo lo que usted supone que está pasando y pasará, parafraseando a Groucho, es lo que está pasando y pasará; muy lejos del nivel de profundidad que el director y guionista nos ofrecía en su obra cumbre: "El laberinto del fauno". Muy desaprovechada lo que podría haber sido una trama de policial al estilo Arthur Conan Doyle, como la propia protagonista sugiere, o al menos acercarse a otra de las referencias de la joven Edith (Wasikowska): Mary Shelley.
Chastein es la única capaz de agregarle algo de chispa a un reparto que está poco más que correcto, en un film donde nada sobresale, y donde los verdaderos protagonistas son los efectos visuales siempre tan explícitos como acostumbra Del Toro, aunque poco sugerentes.