Un film que busca ser diferente y termina por resolver sus aires de originalidad a través del montaje. Si no fuera por el gran trabajo que tiene este apartado probablemente no pasaría de ser un telefilm normalillo. Al guión le falta un tanto de profundidad, es decir, lo que cuenta lo hace bien y lo hace con madurez pero siempre te deja la sensación de que algo falta, de que hay una parte de la historia que no está y no se entiende por qué. Entre otras de las cosas que faltan está la relación entre Mullan y su hijo, un personaje que está colocado como escusa para su participación en el giro final pero del cual no nos cuentan mucho, sólo sabemos que es un vago que parece estar resentido para con su padre.

Tengo que insistir en el tema del montaje por que es lo que diferencia al film de otros con pretensiones similares. La astucia de la edición consiste en colocar correctamente esos flashbacks -aunque pareciera que faltaran algunos, pero ahí ya es problema, otra vez, del guionista-. Justo cuando la historia en el presente se está volviendo aburrida y en ti empiezan a aparecer preguntas de quién es el chico, de qué hace o por qué se comporta así, el editor coloca un flashback que aporta datos de la traumática infancia. Todo hay que decirlo, el presente del joven no tiene demasiado para contar, lo más interesante es la relación con su novia que nos deja alguna que otra escena importante; es en el pasado donde encontramos la verdadera fuerza de la historia, de ahí que también nos deje con gusto a poco.

Es una pena que la dirección sea bastante desprolija, hay mucho descuido en los planos, más que nada en interiores, ya que en exteriores la fotografía zafa, pero lo que es "adentro" deja bastante que desear. Los primeros planos 'over shoulder' tienen a los protagonistas volcados hacia la mitad "errónea" del encuadre dejando una mitad vacía en la que se enfoca pared. La escena de sexo en el sofá está horriblemente filmada; la fiesta "roja" tiene más minutos y tomas de las que requiere, hay varios planos de más -aquí sí es error de montaje-; y hay un abuso de la cámara en mano, a veces parece que los trípodes estuvieran infravalorados.

Destaco al Amazing Spiderman que logra una actuación contenida de un chico introvertido que se enfrenta al mundo con el miedo al rechazo. Mullan y el resto de los secundarios hacen un trabajo cumplidor.

Debo decir que a diferencia de otros que pueden considerar al final un golpe de efecto más, yo lo considero cuidado y maduro. Quizá puedan tildarlo de exagerado o hiperbólico pero para mí fue más bien bastante contundente. Eso sí, es ahí cuando el director deja al desnudo su imparcialidad.

Lo mejor: el montaje.
Lo peor: una dirección dudosa.