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Voto de RARRA:
8
6,1
2.444
Drama
Adaptación de una novela de Ramón Pérez de Ayala ambientada en la época del caciquismo. En 1910, en el pueblecito asturiano de Cenciella, la enconada lucha entre dos bandos políticos trae la desgracia a unos seres bondadosos e ingenuos: la pareja formada por Urbano (Álex González) y Estrella (Paula Echevarría). Urbano, el secretario del Ayuntamiento, es un hombre idealista e íntegro que simpatiza con los liberales. Pero es que, además, ... [+]
15 de febrero de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La obra bien hecha
Luz de Domingo es una película que responde plenamente al estilo de Garci. Un Garci cuya valía se puede apreciar a través de los premios como por el desconocimiento con que le favorecen los medios oficiales españoles.
Garci parece ser un director que ama todo: ama a los personajes, aunque sean lo malos; ama los paisajes con sus colores; ama las intimidades de las casas; ama a la luz de la fiesta y a la oscuridad de la tormenta. Y no oculta nada de eso.
No es de olvidar el hecho de que Garci ha sido un espléndido crítico y que en sus escritos revela siempre una preocupación por el buen hacer de otros directores. Probablemente anda muy distante de su labor la idea de innovación y muy cerca la de la obra bien hecha, una idea dorsiana injustamente olvidada como su autor.
Los actores se ajustan perfectamente a esa obra. Quizá mejor los “mayores”.
Y la música bien: un magnífico final de la película.
Cunde la sensación de que las objeciones puestas a esta película son simplemente simples incomprensiones.
Luz de Domingo es una película que responde plenamente al estilo de Garci. Un Garci cuya valía se puede apreciar a través de los premios como por el desconocimiento con que le favorecen los medios oficiales españoles.
Garci parece ser un director que ama todo: ama a los personajes, aunque sean lo malos; ama los paisajes con sus colores; ama las intimidades de las casas; ama a la luz de la fiesta y a la oscuridad de la tormenta. Y no oculta nada de eso.
No es de olvidar el hecho de que Garci ha sido un espléndido crítico y que en sus escritos revela siempre una preocupación por el buen hacer de otros directores. Probablemente anda muy distante de su labor la idea de innovación y muy cerca la de la obra bien hecha, una idea dorsiana injustamente olvidada como su autor.
Los actores se ajustan perfectamente a esa obra. Quizá mejor los “mayores”.
Y la música bien: un magnífico final de la película.
Cunde la sensación de que las objeciones puestas a esta película son simplemente simples incomprensiones.