Después de haber visto la saga anterior, imaginé que esta pseudo-continuación alcanzaría unos mínimos de calidad: Nada más alejado del resultado final.

Película desigual, con un argumento bastante pobre y poco arriesgado, donde se nos presenta a una Sandra Bullock de cincuenta y tantos años queriendo aparecer ante nuestros ojos como una adolescente, pero consiguiendo como resultado a una momia con menos expresión en su cara que una silla de madera, exactamente igual que Cate Blanchett. Pondrás más atención a sus caras que a sus diálogos terminando por buscar en internet con tu movil fotos de su juventud.

El resto de actrices sobre-actúa en sus personajes no llegando a encajar completamente en ellos y alcanzando un nivel de parodia que escapa a mi comprensión, por carecer de fundamento dramático o de guión. De ahí que, se pueda deducir que, simplemente han hecho una película sin más pretensiones que un ejercicio de recreo para disfrute personal de sus protagonistas, quedando un producto mediocre para el espectador, que no se sentirá identificado con ninguno de los personajes.

Imagino que terminará siendo un filme de sobremesa de fin de semana, que repetirán una y otra vez cada cierto tiempo en alguna de las cadenas generalistas.