Una interesante idea que se topa con varios de los obstáculos habituales en el cine español, todos ellos centrados en el guión, a saber: demasiado apresuramiento, actitudes y conversaciones artificiosas y poco realistas y una estructura de la historia que la hace inverosímil, lo desarrollo en el spoiler.
spoiler:
Si se produce una situación tan grave, y se requiere de un arbitraje, es evidente que la primera opción es que alguien acabe en la cárcel a cambio de una compensación adecuada. La película sin embargo desarrolla un juego un poco absurdo, y a veces incluso ridículo, de tensiones que finalmente derivan en lo que debería ser el principio. Dicho de otra forma, sería lógico que tras la posibilidad de compensación y ver quién la recibe surgieran los reproches y la basura soterrada, pero no al contrario. Al margen de eso, las actitudes de los personajes, como la chulería del relaciones públicas o el modo de contratar al mediador -por no hablar de su labor impropia de un asesor económico- están injustificadas. En definitiva falta coherencia y más trabajo de guión. En cualquier caso su corta duración la hace pasable, sobre todo por aquello tan habitual de "lo que podía haber sido si...".