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Voto de Chris Jiménez:
9
Ciencia ficción. Acción La Tierra, año 2084. Doug Quaid, un hombre que lleva una vida aparentemente tranquila, vive atormentado por una pesadilla que todas las noches lo transporta a Marte. Decide entonces recurrir al laboratorio de Recall, una empresa de vacaciones virtuales que le ofrece la oportunidad de materializar su sueño gracias a un fuerte alucinógeno, pero la droga hace aflorar a su memoria una estancia verdadera en Marte cuando era el más temido ... [+]
19 de mayo de 2017
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Dos personas están en un momento muy especial de sus vidas profesionales: Arnold Schwarzenegger, uno de los actores más famosos y mejor pagados de Hollywood, ha ido demostrando su gran versatilidad y carisma sobre todo gracias a la comedia "Twins".

Por otro tenemos a Paul Verhoeven, que ha realizado "Robocop", confirmando su autoría como nuevo maestro de la ciencia-ficción y su poder sobre la taquilla estadounidense. Ambos coinciden en un proyecto de largo aliento, uno de los guiones que más vueltas ha dado en Hollywood en toda su Historia, desde el instante en que Ron Shusett decidió trasladar al cine el conocido cuento de P.K. Dick "We can Remember it for You Wholesale". El problema radicaba en crear un largometraje, pues habría que inventar más de tres cuartos de argumento trabajando sobre la idea original.
En ese planteamiento colaboraría alguien tan experimentado como Dan O'Bannon, si bien todo esto se retrasó hasta el infinito, primero por el gran presupuesto necesario, luego por los numerosos desacuerdos a los que llegaban aquellos involucrados; podríamos considerar maldito este guión, más tarde bautizado "Total Recall", pues anduvo entre broncas, demandas, rencores y la quiebra de la productora de Dino de Laurentiis, hasta que el actor austriaco, que ve ahí mucho potencial y desea trabajar con Verhoeven (a punto estuvo de interpretar a Alex Murphy), manipula a los señores de Carolco para que compren el guión y se encarguen de la producción. Por fin, casi 15 años después, se haría realidad (y en un rodaje infernal, con enfermedades y problemas por doquier).

Las arenas rojas de Marte hacen vibrar los deseos del pobre y humilde Douglas; Schwarzenegger deja de ser el héroe de acción de siempre para meterse en la piel de un trabajador que sueña con ser héroe de acción, estancado en una Tierra de altas tecnologías y casado con una mujer a la que realmente no ama (Sharon Stone en su mejor forma física). El inicio reproduce fielmente el concepto e imaginario que en su día pudo concebir Dick, un futuro decadente que el director, con su percepción cínica, nos lo muestra impregnado de desesperanza, opresión social y avances fútiles; sigue la visita de Douglas a la compañía que implanta recuerdos en el cerebro del cliente, recuerdos falsos de aventuras nunca vividas pero lúcidos y reales.
Los pequeños dispositivos de sospecha que se van sucediendo (esa recurrente mención al sueño del protagonista y la chica negra que en él aparece, la presencia de una revolución en Marte, el villano Cohaagen) determinan la importante disociación entre realidad y fantasía; hemos de discernir, pero jamás podemos afirmarlo: las sugerentes palabras del dueño de Rekall ya elaboran una aventura sin igual en otro planeta donde el buen obrero es un agente secreto en misión de salvar a toda la población, tiene el destino en contra pero acaba con los villanos y se queda con la chica.

La historia está vendida, él se la ha tragado, nosotros también; y eso exactamente desarrollará el guión a partir de aquí, pues sus artífices deciden enviar a Douglas a Marte tras batallar con su crisis de identidad, o al menos de la identidad que creía suya (tal como sucedía en "Robocop"), y lo que se nos ofrece es lo prometido, un escenario de revolución "cyberpunk" de evasión que sólo en nuestros sueños podríamos habitar, pero posibles gracias al presupuesto con el que contaban: ese Marte de intensidades, colonias de agitadores, criaturas imposibles, mutaciones aberrantes de los textos de Barker y Lovecraft y el cine de Cronenberg (él fue uno de los cineastas escogidos), sin faltar las enormes dosis de violencia y sexo, el sello del holandés.
Éste además se esfuerza en destacar las implicaciones políticas, haciendo de esta peripecia todo un acto de rebeldía contra los poderes opresores y en defensa de los más pobres; el discurso es corrosivo: una dictadura despótica que obliga a la sociedad desfigurada y monstruosa que controla a pagar por el derecho a respirar (turbinio en esta ocasión), y la base que sostiene la intriga en la que Douglas se ha inmiscuido, sin fisuras pues así ha sido presentada previamente, lo cual podría hacerla cruzar por los caminos de lo convencional (cambiamos el Marte del futuro por la Alemania nazi y esto es un film de espías dobles de toda la vida, ¿pero acaso no es eso con lo que maliciosamente desea jugar la historia?).

En un momento dado, punto de inflexión esencial, el héroe es visitado por un supuesto trabajador de Rekall advirtiéndole de la falsa realidad que está habitando; según nuestra correspondencia con el personaje, ¿acaso no querríamos permanecer viviendo una fantasía de tal calibre en lugar de retornar a un mundo real gris, aburrido y que mina nuestra energía vital? A pesar de ser traicionado por sí mismo (dando pie a todo un conflicto sobre el desposeimiento absoluto de la conciencia y la depredación de identidad) la elección para Douglas está clara, y es la que el espectador desea pues en una aventura es preciso dejarse arrastrar por la fuerza de la imaginación...y la que se despliega aquí desde luego es una oferta difícil de rechazar.
Así que, sosteniendo la mano de la maciza Rachel Ticotin y sorteando miles de peligros sólo nos resta seguir escarbando en las entrañas de Marte hasta dar con una solución cuyo fin es coronarnos como los salvadores del planeta. Nunca una aventura de desarrollo y final ya contados logra alcanzar el grado de sorpresa y excitación continuas de esta obra visceral; sí, nada parecido se había visto antes de "Desafío Total", sobre todo en materia de creación visual y efectos especiales, reveladores por su forma e inventiva.

La galería de personajes "freaks" secundarios hacen el resto, desde el psíquico líder de la Resistencia Kuato y el traidor taxista mutante al repulsivo Cohaagen y sobre todo la simpática prostituta de tres pechos que convirtió a Lycia Naff en icono sexual para toda una legión de fans.
Chris Jiménez
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