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Voto de Chris Jiménez:
7
Comedia Federico recibe una carta que contiene unas fotos suyas muy comprometidas con una chica. El problema es que su mujer Alicia ha visto esas fotos, y decide abandonarlo. Para colmo, al día siguiente viene a visitarlo su tío millonario y Federico le pide a su chacha que se haga pasar por su mujer Alicia durante 24 horas para que éste no se entere, pero esto supondrá sólo el principio de un gran lío... (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La criada, el señor, su esposa, su amante, su tío, la amante de su tío, el amigo y un obispo que pasaba por allí.
Lo que podría ser el título perfecto para una comedia teatral es no obstante la peor pesadilla de Federico, quien por culpa de su caradura va a verse enzarzado en uno de los líos más grandes de su vida...¡y de los más alocados!

Ya estaba empezando 1.984 cuando vino a estrenarse la última de las aventuras del dúo Pajares/Esteso, el cual había conseguido llevar a más españoles a las salas que ningún otro, pero para desgracia de muchos "La Lola nos lleva al Huerto" no se presentó como el broche de oro con el que demandaba finalizar las nueve colaboraciones con Mariano Ozores, quien se había llenado los bolsillos gracias a sus nuevos ahijados (fue la peor entrega, con diferencia, de la enealogía).
El trío Pajares/Esteso/Ozores acaba cuando poco le queda a la maliciosa víbora de Pilar Miró para llegar a ser nombrada directora general del cine en España y salirse con la suya al prohibir toda subvención al pobre director en venganza por rechazar un guión suyo. A partir de aquí continuó sólo con Esteso y su hermano, donde destacaba la pérdida de entusiasmo y de talento por las que estaba pasando (salvo en "Al Este del Oeste"); no así, quizás iluminado por una señal del Cielo, demostraría a todos que aún era capaz de realizar una obra no sólo divertida, sino también ingeniosa.

Y para ello no recurre a grandiosos guiones, ni cambia su estilo de filmación y narración. "Cuatro Mujeres y un Lío" se presenta, simple y llanamente, como una comedia de enredo en la mejor tradición del género, una versión tierna de su "Fin de Semana al Desnudo", sin joyas ni crimen; en ella conocemos a Federico, jefe de una firma de lencería con un invento del que se siente muy orgulloso (y cuyo nombre no sabrá pronunciar nadie más que él...) y sobre el que ha depositado grandes esperanzas. Pero no estamos hablando de un hombre serio, respetuoso y honrado, sino de un caradura mentiroso que ha sido descubierto en la cama con su amante y una de sus modelos, Bárbara.
Estas fotos son la prueba de ello y el elemento causante del gran enredo que está a punto de desatarse, pues Ramón, el adinerado tío de Federico, va a viajar desde Las Palmas para asociarse con él; como pieza para mantener el equilibrio y evitar el caos, Ozores recurre a uno de los personajes más antiguos de estas comedias: la criada, siempre dispuesta a ayudar al señor aunque vaya en contra de sus principios y de la propia lógica. Así se plantea la farsa, con Lola ocupando el puesto en el hogar conyugal que ha dejado Alicia, la señora; un simpático juego de apariencias y mentiras con embarazo incluido salpicado de erotismo, sobre todo dado por el interés que muestra en Federico la joven y seductora esposa de su tío.

Entre medias de esta espiral de problemas que no dejan de acumularse hasta el absurdo se encuentra la mano derecha del protagonista, Alarico, quien desconoce sus retorcidos planes; aunque hace lo posible por condenar al marido adúltero, cobarde y egoísta (como es costumbre en su cine) sin dejar de observar la triste situación a la que está obligada la sumisa esposa, Ozores tampoco quiere hacer críticas duras, sino mostrar las situaciones desde el prisma más desenfadado y alocado de la comedia costumbrista (increíble es el que Alicia consienta cerrar la boca y soportar las artimañas del marido).
Tras el repentino abandono del chalet, cuando todas las féminas implicadas en el enredo, que ascienden a cuatro (una novedad, pues siempre suelen ser tres en las películas del realizador), han de adoptar nuevas identidades, la acción se traslada a un hotel de Palma de Mallorca (otro recurrente: la escapada insular), lugar donde habrá de embrollarse todavía más la situación y se pondrá a prueba, entre tanto marido, esposa y querida falsa, quién de los personajes ganará en cinismo, codicia y sinvergonzonería. Esta sucesión de confusiones y entradas y salidas de habitación hacen de "Cuatro Mujeres y un Lío" un mordaz y descarado vodevil que ni frena su ritmo ni cesa de entretener.

Claro está, Ozores organiza esto para que, una vez supuestamente concluido, el ambiente de farsa y engaño nunca se acabe, para que la función continúe y las apariencias se sigan guardando, porque de eso vive la clase media-alta, siempre que se puedan aprovechar de la suerte y honradez de otros; en "El Hijo del Cura" o "A Mí las Mujeres ni Fu ni Fa" la verdad se descubría, aquí, como en "El Erótico Enmascarado", nunca sucederá; seguramente sea lo mejor. Esteso, que ya se nos presentaba plomizo y cansado en "¡Qué Tía la C.I.A.!" y "El Recomendado", vuelve a actuar con entusiasmo y, aunque su personaje esté muy lejos de ganarse nuestra simpatía, lo acaba consiguiendo.
Antonio Ozores, más en segundo plano que otras veces, sigue encarnando a ese golfo jovial de siempre con su verborrea particular. Detrás de ellos, un joven Paco "Arévalo" (en lugar de Pajares), a veces más gracioso que el propio Esteso, la estupenda Pilar Bardem y la presencia de las cuatro preciosas protagonistas que hacen de la película lo que es: Loreta Tovar, Adriana Vega y dos chicas del inolvidable "1, 2, 3, ¡Responda otra Vez!": Marta Valverde y la espectacular Fedra Lorente ("la Bombi", para todos), quienes colaborarán en más ocasiones con el director.

Y para rematar, la impagable aparición de Juanito Navarro víctima de la desgracia, repitiendo al obispo de "Los Chulos". Entre todos los mediocres títulos que estrenaba Ozores en aquel momento, "Cuatro Mujeres y un Lío" fue como un destello, fuerte y efímero, en el oscuro túnel en el que se estaba metiendo, y del que ya, por desgracia, no saldría.
Pasado 1.985 Esteso también se separaría de él ya sólo quedándole su hermano Antonio y el mencionado Navarro, a quienes pretendería convertir en los nuevos Pajares y Esteso, cosa que no le salió bien. Comienza así el declive comercial de uno de los genios de la comedia española...
Chris Jiménez
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