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Voto de Chris Jiménez:
4
Acción. Bélico Cuando descubre que el coronel Trautman ha caído en manos soviéticas en Afganistán, Rambo regresa al servicio para intentar liberar a su amigo. Después de contactar a la resistencia afgana, entra en la zona sitiada por las tropas enemigas… (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Exacto, porque en "Acorralado" luchó por el mismo, en "Rambo: Acorralado II" luchó por su patria...pero ahora no está metido en su guerra.
A él importa un comino la encarnizada batalla que libran en Afganistán los nativos de la zona contra los soviéticos, sin embargo hará todo lo que pueda para rescatar a su amigo y mentor Sam Trautman, volviendo a empuñar armas y explosivos y pasando por el cadáver de quien sea para lograrlo.

Bueno, pues otra vez tenemos a esa bestia, a esa máquina de matar llamada John Rambo, contra todo bicho viviente para salvar a su amigo y de paso, ya que se ve forzado a ello, echarle una mano a esos afganos que están siendo liquidados como animales del desierto por esos adoradores de Gorbachev. A ver, tengo que decir que aunque las dos secuelas que siguieron a la película de Ted Kotcheff son totalmente innecesarias y que además se cargan el personaje de aquella primera parte, por lo menos esta "Rambo III" me ha llegado a gustar más que la segunda, que hay que reconocer que fue un petardazo de película por mucha acción y despliegue de medios que tuviera.
Y sí, ésta empieza muy mediocremente también. Yo no sabía si ponerme a reír o a llorar cuando vi al Stallone peleando entre la multitud de Tailandia y luego haciendo de albañil para los monjes de la zona, pero concedámosle unos minutos, me dije; pues gana precisamente por dos cosas: el papel de Trautman adquiere más protagonismo que en las anteriores y, por Dios, ya no hay ninguna tailandesa de por medio...buf, que palo fue aquello.

En efecto, aquí vemos a Sam luchar codo con codo con John y no limitándose sólo a dar vueltas por una habitación embutido en su impoluto traje de coronel y soltando lo bueno que es su hombre. Richard Crenna le da otro enfoque a su personaje, mucho más complejo que antes; por el contrario Stallone sigue en su salsa: hombre duro, de pocas palabras, mirada fría, gran corazón, defensor de la justicia y letal con los malos...sólo que se vuelve un poquito más sarcástico. Y esperen, porque si la gente creía que lo había visto todo en "Rambo: Acorralado II" que se eche un vistazo a esta, donde tenemos al gran hombre manejando un tanque, pilotando un helicóptero, tirando flechas explosivas, disparando bazookas de nuevo y hasta cabalgando.
Podría haberse llamado "Rambo de Arabia", sinceramente. La inversión para garantizar el espectáculo cada vez es mayor; quien busque acción y punto se divertirá de lo lindo. Peter MacDonald, un veterano director de segundas unidades, se puso al frente de este producto para arrasar en taquilla (tras despedir Stallone a Russell Mulcahy por incompetente), adaptando el guión que escribieron Sylvester y el que fuera posterior realizador de "Doble Impacto", Sheldon Lettich. Ah, la buenísima labor de Jerry Goldsmith le da un punto extra. Lo que pasa es que sigue sin haber un malo decente desde Brian Dennehy, y es que es complicado superar a su sheriff Teasle.

Tampoco hay mucho más que decir. Si América necesita a un patriota dispuesto a dejarse la piel para defender la bandera de barras y estrellas pues que sea Rambo y no otro quien lo haga; el es el héroe y punto, pero muy lejos queda de aquel pobre ex-boina verde de la novela de David Morrell que era perseguido por sus propios compatriotas.
Lo que me gustaría saber es por qué el gilipollas de Santiago Urrialde (que imitaba a Rambo en "Cruzamos el Mississippi") se sacó de la manga lo de "¡no siento las piernas!", frase que al final casi todo el mundo ha atribuido al prota y cree que realmente lo decía (como le pasó a Fernando Morales, se ve), y mira que todavía yo no se lo he oído (vale, le disparan en la pierna derecha, pero eso es otra cosa, porque el tío no se queja de nada).

El caso es tocar las narices...
Rambo, ya sabes lo que tienes que hacer. ¡Busca y aniquila!
Chris Jiménez
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