Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
3
Ciencia ficción. Acción Unos pandilleros urbanos del futuro se alían en un frente común para derrotar a unas brigadas de la muerte dirigidas por un villano (Henry Silva) que trabaja a las órdenes de un empresario que pretende dominar el Bronx. Trash, el guerrero más temerario, convertido en el paladín de los pandilleros, actua en colaboración con dos expertos en operaciones explosivas. Secuela del film "1990: Los guerreros del Bronx". (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para aquellos que se quedaron con las ganas de vivir más aventuras al lado de Trash por las ruinosas y, sin embargo, fascinantes calles del Bronx, aquí tienen lo que andaban buscando.
Enzo G. Castellari nos vuelve a meter de cabeza en ese barrio que luce como una zona de prueba de misiles lleno de moteros, delincuentes de poca monta, pandilleros, furcias y otros especímenes de lo más variopintos y extravagantes.

"1.990: Los Guerreros del Bronx", pese a sus incoherencias, múltiples clichés de la época y estratosféricas estupideces, acabó convirtiéndose en todo un fenómeno del cine de serie "B" en los '80. La descarada mezcolanza que hizo el director italiano de "The Warriors", "Mad Max" y "1.997: Rescate en New York" fue lo suficientemente atractiva para los cientos de jóvenes que se apiñaban en los videoclubs deseosos de ver otra peripecia de guerreros rebeldes, chicas guapas y mucha acción echa con cuatro perras (aunque hay que reconocer que si algo les llamaba la atención eran las carátulas de los vídeos).
Después de la también exitosa "Los Nuevos Bárbaros", Castellari se disponía a rescatar a los personajes que creó junto a Dardano Sacchetti y Elisa Briganti para la que sería la tercera y última de las aventuras de ciencia-ficción futurista que realizaría bajo el mando del productor Fabrizio de Angelis. Esta vez el director no contaría con Sacchetti al guión, sino con Tito Carpi, y lo más importante, con un mayor presupuesto, ya que aun siendo de petardas para arriba, "1.990: Los Guerreros del Bronx" y "Los Nuevos Bárbaros" fueron la mar de rentables.

Se supone que ha pasado algún tiempo desde que Trash se vengara de Hammer y sus malditos compinches, los cuales iban causando el caos en el Bronx en pos de dar con Anne, la joven y guapa heredera desaparecida; ahora el antiguo líder de los Riders deambula sin rumbo fijo entre los escombros del lugar, que, no obstante, muy pronto será objeto de recalificación y reconstrucción.
Una gran corporación ha decidido demoler hasta el último edificio del Bronx y levantar nuevas viviendas en él (para gente de todas las disposiciones económicas, se supone), y para ello han de librarse de sus antiguos moradores; el presidente Clark le encomienda la tarea al psicótico Floyd Wangler, que se dedica a exterminar, junto a su escuadrón de "desinfectadores", a todo ser humano que se resista a salir del Bronx. Trash no puede tolerarlo, y menos después de ver que sus padres han sido asesinados por los hombres de Floyd, así que se armará de valor, hará equipo con algunos desequilibrados más y pondrá fin a la carnicería.

Aunque pase o no el tiempo entre la historia de "1.990: Los Guerreros del Bronx" y la secuela, ésta empieza como termina la primera, con Castellari ofreciendo, con el gracejo que le caracteriza, una aventura de acción sin pretensiones con tres elementos básicos: explosiones, persecuciones y tiros a mansalva (¿cuántas balas tiene el revólver de Trash?), y esto no cambia en todo el metraje, además de seguir con sus escenas en "slow motion", que aquí se repiten hasta el tedio, sus insustanciales y estereotipados personajes y un intento de crítica social que termina siendo esperpéntica.
Lo malo de "Fuga del Bronx" es que el director no tiene a Sacchetti a su lado y que, por mucho que haya aumentado el presupuesto, la película no es sino un refrito de todo lo visto anteriormente en la época, con una trama que se desarrolla torpe y divertida y unos diálogos que te dejan catatónico, pero sin esa "magia" con la que contaba su predecesora. Por si fuera poco, la última media hora, en la que los malos van persiguiendo a Trash y Strike para rescatar al presidente, acaba por hacerse aburrida y pesada hasta la extenuación.

Regresa Marco DiGregorio con la misma cara de mármol y la nula capacidad interpretativa que ya mostraba en la anterior, seguido de ese chuleras de Antonio Sabato cuya risa forzada crispa los nervios, una innecesaria Valeria D'Obici introducida por necesidades del guión y Timothy Brent, al que veríamos de protagonista en "Los Nuevos Bárbaros" y otras películas de Castellari. Especial mención merecen Ennio Girolami, hermano del anterior, y Henry Silva, el eterno villano (¿alguien más podría haber hecho mejor el papel de Floyd?).
A pesar de todo, "Fuga del Bronx" también tuvo su buena acogida gracias a los cines de barrio y los videoclubs, y hoy en día, junto con "Los Guerreros del Bronx", ya permanece como una joyita de culto para los amantes del cine "trash" de los '80. Pero hubiese sido mejor que Castellari terminase su Trilogía Futurista con "Los Nuevos Bárbaros".
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow