He de reconocer que "Atrapa a un Ladrón" nunca fue de mis películas favoritas del maestro Hitchcock, bueno, y sigue sin serlo, pero tampoco hay que caer en el error de muchos de relegarla a una obra menor.
En realidad, y sin temor a equivocarme, podría decir que es una de sus más divertidos y entretenidos trabajos.

Este proyecto vino inmediatamente después del tremendo éxito que fue "La Ventana Indiscreta", no sólo una de las obras más brillantes del inglés, sino de la Historia del cine; fueron muchos los que temían que este nuevo largometraje no alcanzara el buen resultado que generó el anterior, tanto de crítica como de taquilla, pero lo cierto es que sí lo hizo. Esta vez Hitchcock lleva a la pantalla el guión de John Michael Hayes basado a su vez en la novela de David F. Dodge, escrita a principios de la misma década; el protagonista de la historia es John Robie, un distinguido caballero que, durante la ocupación alemana de Francia durante la 2.ª Guerra Mundial, se vio encarcelado y posteriormente uniendo sus fuerzas con los miembros de la Resistencia Francesa (los llamados Maquis)...
El cual también ocultaba un pasado tormentoso, un pasado en el que de trapecista en un circo que viajaba por Europa decidió reciclarse en ladrón de joyas. Ahora que se ha reformado y retirado para vivir tranquilamente en una bonita villa francesa ve su calma interrumpida por unos policías que injustamente le acusan de haber robado más joyas, así que decide que lo mejor es poner los pies en polvorosa y descubrir al verdadero ladrón, con ayuda de una caprichosa jovencita con la que iniciará un apasionado y cuanto menos extraño romance.

El cineasta regresa a su cine de inocentes perseguidos y falsos culpables, pero poco tiene esta obra que ver con aquellas primeras que facturó en tierras inglesas, como "39 Escalones", u otras perlas como "Sabotaje", más oscuras, más enfocadas en el puro y más trepidante suspense. En "Atrapa a un Ladrón" nos encontramos a un Hitchcock muy preocupado por entretener al público, al cargo de una película donde lo principal es la intriga, sí, pero con un sabor de pura comedia negra inglesa; el maestro desarrolla un historia llena de suspense, humor y romance a partes iguales en ambientes muy lujosos y pomposos, haciendo de ésta quizás su película más sofisticada y más agradable.
Sobre todo si la comparamos con los más angustiantes y sobrecogedores títulos "Extraños en un Tren", "Crimen Perfecto" y "La Ventana Indiscreta", que realizó previamente). En la trama la identidad del ladrón siempre queda escondida hasta el mismísimo final, nunca insinuándose, aunque a veces el espectador pueda caer en la trampa de pensar que es el personaje de Frances, cosa que tampoco sería muy descabellado imaginar de primeras. El romance entre los dos protagonistas es lo más destacado, el causante de algunas de las más cómicas situaciones, sobre todo por esa guerra de sexos que se traen, tan repleta de sugerentes diálogos de doble sentido (otra vez Hitchcock demuestra que es muy bueno en el humor).

Aunque la historia no me atraiga tanto, el film deslumbra en aspectos técnicos, donde también hizo eco el ostentoso vestuario creado por la diseñadora francesa Edith Head; el director rueda por primera vez en formato VistaVision y el resultado es increíble, con unas imágenes llenas de colores vivos y unas preciosas tomas de esa concurrida Riviera Francesa tan magníficamente fotografiada por Robert Burks y acompañada por la singular banda sonora de Lyn Murray. En otros términos, Cary Grant vuelve a trabajar con Hitchcock una vez más, ya habiendo logrado juntos éxitos tan notorios como "Sospecha" y "Encadenados", interpretando de nuevo ese papel de caradura y fanfarrón que tan bien se le da, poniéndose en la piel de John Robie.
Aquí comparte protagonismo con esa talentosa actriz y preciosa mujer que es Grace Kelly, en su última colaboración con el director, demostrando ambos una gran química en pantalla, secundados por unos también estupendos John Williams, Jessie Landis, Charles Vanel y la joven Brigitte Auber, en un papel que se me hace de lo más detestable, la verdad (bien merecido ese bofetón que le da el personaje de John en el entierro). Algunas escenas para recordar son el apasionado e intermitente beso de Grant y Kelly con los cohetes de fondo, el descubrimiento del verdadero ladrón en el tejado, el gracioso cameo que hace el director o la persecución por esa carretera cercana al precipicio.

Una secuencia tan llena de acción como humor y que en algunos momentos me recordó a la final de "Sospecha", con la que guarda cierto parecido. Aunque otra quizás merece más atención sobre el resto: al principio, cuando se están sucediendo los robos y vemos a ese gato negro andando por los tejados, al mismo tiempo que el ladrón sustrae las joyas; una escena tan enigmática y misteriosa que no la encajo con la película en sí.
En fin, en cuestión de público y de crítica, "Atrapa a un Ladrón" fue aplaudida y elogiada, y la Paramount hizo una fortuna con ella. Aunque parezca demasiado suave, sofisticada y ligera para mi gusto (a mí el Hitchcock que me gusta es el de "Psicosis") no es ni mucho menos una obra floja o menor del inglés.