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Voto de Chris Jiménez:
8
Drama Ambientada en Marruecos, Túnez, México y Japón. Armados con un Winchester, dos muchachos marroquíes salen en busca del rebaño de cabras de la familia. En medio del silencio del desierto, deciden probar el rifle, sin conocer el alcance de la bala. En un instante, entran en colisión las vidas de cuatro grupos de personas que viven en tres continentes distintos. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2017
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Sí, porque poco importa la cultura o la raza, al fin y al cabo todos somos seres humanos y tomamos decisiones sin ni siquiera pensar, decisiones que pueden afectar en el otro extremo del Mundo, y desencadenar acontecimientos increíbles.
Aquí somos testigos de cómo un rifle, un simple rifle, es capaz de unir a personas de las más distintas nacionalidades y culturas, y cada a una de ellas a miles de kilómetros de la otra.

Se nos presenta de manera desordenada, pero el argumento sería este: un cazador retirado de origen japonés regala su Winchester al guía de una expedición en Marruecos, Hassan, quien poco después se lo vende a su amigo Abdullah. Los hijos de éste, practicando el tiro y sin tener nada mejor que hacer, disparan contra un autobús que circula por la carretera, con la mala suerte de acertar a una turista norteamericana que viajaba por el país de mala gana con su marido, y los cuales se encuentran de repente sin nadie que les ayude en un país que no conocen.
Por culpa del trágico incidente se tienen que quedar más tiempo allí, impidiendo a su criada Amelia asistir a la boda de su hijo, quien al final no tiene más remedio que llevarse a los niños del matrimonio con ella a México, poniéndolos, sin que se dé cuenta, en un grave peligro...seres humanos separados por grandes distancias con un destino en común que definitivamente les conectará. No puede haber una metáfora más cruda y realista de la leyenda bíblica de la Torre de Babel, origen de la dispersión de los hombres por el mundo y su incapacidad para entenderse, provocada por Yahveh, quien al contemplar la vanidad de éstos hizo cundir el desconcierto confundiendo sus lenguas...

Esta constituye la tercera parte de la llamada Trilogía de la Muerte de Alejandro González Iñárritu junto con la demoledora "Amores Perros" y "21 Gramos". Personalmente no me interesa el cine procedente de México ni sus directores, salvo los más conocidos (Robert Rodríguez, Guillermo del Toro), y entre ellos se encuentra Iñárritu, el cual descubrí gracias a su debut y me cautivó con la inmensa "Birdman". Lo que tiene, como otros muchos han apuntado, es que se le da muy bien contar historias y plasmar emociones en pantalla, y se ha ido reflejando con cada una de sus películas. En esta ocasión vuelve a contar con Guillermo Arriaga al guión, un genial escritor que ha quedado un tanto condenado al ostracismo al ensalzarse tanto el talento del realizador...
Y más cuando estos tuvieron una fuerte discusión por cómo Iñárritu le quitaba importancia al trabajo de Arriaga en "21 Gramos", discusión que terminó con la disolución del tándem y con la polémica prohibición que el primero le impuso al guionista de asistir al festival de Cannes en 2.006. En "Babel" el director continúa con la tradición de las historias cruzadas, uniendo a distintas personas por hechos dramáticos y dándoles a todos un destino común, enfocándose, como siempre, en la parte más humana e intimista del asunto.

Se puede decir que este film es su obra más "mesiánica", consiguiendo de manera muy acertada, con un gran despliegue de medios y el detalle de dejar al espectador en vilo al cortar cada historia para seguir con otra, conexionar a culturas tan dispares como son la marroquí, la mejicana y la japonesa y escudriñar en su idiosincrasia, en su manera de funcionar, de ver las cosas y desnudando toda barrera o prejuicio para al final mostrar sencillamente a seres humanos, cada uno víctima de su propias desgracias. Sin embargo, yo soy de los que creen que la película no es perfecta.
Sí, es indiscutible que en apartados técnicos o artísticos, "Babel" alcanza la categoría de perfecta, pero es en el contenido de su narración donde se dan altibajos que la hacen perder credibilidad. El segmento más poderoso es el que corresponde al disparo de Susan, de auténtica tragedia y desolación, construido de forma fascinante al estar directamente relacionado con el de los dos chicos marroquíes, ya que se da en el mismo escenario. Iñárritu desnuda su alma y nos traslada al México visto por un mejicano; la historia de Amelia tarda en arrancar, invitándonos el director a conocer las costumbres de su tierra, pero toma impulso en el momento en que la mujer se ve forzada a escapar con los niños, volviéndose angustiante y descorazonadora.

Y por fin, la de Chieko, donde se consigue reflejar muy bien la fría y superficial sociedad del Japón actual, pero desgraciadamente parece estar metida con calzador, exponiendo un tema dramático más típico y cotidiano, sin ponerse a la altura de las demás y pudiéndose haber desarrollado de mejor forma...para más inri esta parte parece funcionar como pretexto, para otorgar neutralidad a las ideas de un film en el que Arriaga hace una crítica destructiva a América y su manera de dominar sobre los demás.
Filmada con un gusto especial por el detalle y contando con la brillante fotografía de Rodrigo Prieto, lo que sobresale por encima de todo es el trabajo de un reparto inspiradísimo, destacando Mustapha Rachidi, la joven Rinko Kikuchi, el siempre maravilloso Brad Pitt, y en especial Adriana Barraza, que brinda una actuación memorable, además del actor fetiche de Kiyoshi Kurosawa, Koji Yakusho, tan solemne como siempre, Gael García Bernal repitiendo con Iñárritu y una también buenísima Cate Blanchett.

Emocionante y sorprendente, la verdad, aunque es una de esas películas hechas para triunfar en festivales y en los Oscar, no para ser llamada "obra maestra". Es estremecedora por momentos, pero no logró helarme los huesos como la de "Amores Perros".
No obstante merece un visionado, o más de uno incluso, al menos para comprobar que esa capacidad del mejicano para ponernos el corazón en un puño permanece bien intacta.
Chris Jiménez
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