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Voto de Chris Jiménez:
6
Comedia Aparentemente, Mac Radner (Seth Rogen) y su esposa Kelly (Rose Byrne) han hecho realidad el sueño americano: acaban de tener una niña adorable y se han comprado una preciosa casa en las afueras. La pareja de treintañeros está convencida de que ha adquirido el aplomo necesario para la vida de adultos, pero estos ex juerguistas van a enfrentarse a un reto inesperado. Cuando Mac y Kelly descubren que sus nuevos vecinos son los miembros de ... [+]
20 de febrero de 2023
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La burbuja de la juventud revienta y al final lo que queda es una existencia apacible de responsabilidades matrimoniales, paternas y laborales y amigos divorciados.
¿Y si alguien pudiese ayudarnos a recuperar aquellos años?...¿tal vez los vecinos, que son más jóvenes?

¿Y no tendría este choque generacional consecuencias terribles? Eso se planteaba, más o menos, el guión que al alimón escribieron los compañeros de fatigas Brendan O'Brien y Andrew Cohen, después muy perseguido por los también inseparables Seth Rogen y Evan Goldberg; lo más sorprendente fue la elección de alguien como Zac Efron para encarnar a un personaje que se mostraba diametralmente opuesto a su conocida figura de niño bueno, y que parecía no encajar en el universo del cómico. Después se propuso al cada vez más reconocido Nicholas Stoller tras la dirección.
Y no se sugiere, de hecho, que de su anterior "Eternamente Comprometidos" a "Malditos Vecinos" haya algún cambio observando los primeros minutos; a Rogen le convenció su esposa para cambiar la primera versión del libreto, transformándose el original trío de amigos adultos que batallan contra los chavales de una fraternidad universitaria en unos padres recién mudados. Se intentaban evitar así las odiosas comparaciones que hubiesen surgido con "Aquellas Juergas Universitarias" y la más reciente "Proyecto "X" "; las influencias siempre estarán presentes, aunque al principio no lo parezca.

Rogen se une con la carismática Rose Byrne, cuyo papel era minúsculo, y su química, por muchos criticada, en mi opinión se presenta blindada en la pantalla, transmutándose en este matrimonio, Mac y Kelly, llegados al barrio suburbial perfecto donde acomodar sus aburridas vidas. Los actores se regocijan en la improvisación y llevan al exceso su figuración de esos típicos padres cuya anticuada generación no encaja en la demasiado avanzada sociedad actual, y haciendo todo lo posible por intentarlo. El inicio deja claro el humor que nos vamos a encontrar, de un mal gusto subido, y el director acierta en quedarse mucho tiempo con la pareja, para mimetizarnos en su confortable universo desfasado y tierno donde madurar.
Los tiempos modernos se les presentan en forma de vecinos que transforman la casa de al lado en el centro de operaciones de una fraternidad. El guión prefiere ser benevolente; permite a jóvenes y adultos coexistir, donde los primeros retornan a aquellos años que ya se fueron. Stollen se nutre del espíritu que hace tan peculiar al humor de su protector Apatow, Todd Phillips, Dennis Dugan o Kevin Smith, donde el choque entre el mundo adulto, la sociedad actual y la negativa a crecer se observa con ácida mordacidad y mala sombra, pero siempre a través de la pura nostalgia, y con un buen puñado de referencias al cine, la música y la cultura popular para rematar.

Lo que pasa es que, tras esa primera fiesta de unión (donde Rogen y Efron comparten algunos instantes improvisados impagables), el guión descubre sus carencias: la primera es la previsible estructura, dividida en tres bacanales donde harán avanzar la narrativa hacia un clima más tenso y opresivo (en cada una se acumulará una falta de la universidad); la segunda es desechar ideas prometedoras que darían otra dimensión a la trama. Ted y su pandilla universitaria contra los Radner; el guión se centra mucho en ambos escenarios y las vidas íntimas de sus personajes, cuando sólo uno, el de los padres, debería ser el titular.
La guerra está abierta con una llamada anónima a la policía, pero a partir de aquí la estructura de tres "necesarios" actos se hará muy repetitiva por no aprovechar ciertas cosas. Ted sólo es un insecto de intermitentes picaduras y su comportamiento no varía; ni intentará seducir a la esposa ni irá más allá de lo que el fan de Efron podría soportar (por ejemplo...¿y si se secuestrara al bebé?). Cuando la pareja vuelve al ataque por simple aburrimiento existencial (casi como sucedía con los adultos de la seminal "No Matarás...al Vecino") sus actos son más despreciables e incoherentes que los de los chavales (un apunte: ¿acaso se cree Kelly que está protagonizando "Juegos Salvajes" o qué?).

Esa tensión llega a extremos que pintan la simple comedia zafia, gamberra y políticamente incorrecta con brochazos de humor negro más cáustico de lo que imaginábamos; con los airbags arrancados o el condón en la mano del bebé la atmósfera se enturbia, tanto más cuanto que puede provocarse la ruptura del matrimonio...por desgracia Cohen y O'Brien abandonan esta progresión perversa, organizan una muy rápida reconciliación y repiten los pasos dados en el 1.er y 2.º acto (ahora junto a los amigos), mientras Ted continúa enclaustrado en su casi nula evolución y actitud incomprensible.
Más le valdría tomar de referencia al Christian Slater de "Very Bad Things" que ser sólo una versión más cabrona y deprimente del Steve de "American Pie"; a la locura corrosiva del film de Peter Berg no se llega, pero pudo hacerse, y "Malditos Vecinos" habría sido una sorpresa en el panorama actual de la comedia norteamericana. En su lugar se sigue optando por las bromas gruesas (casi todas relacionadas con lo sexual o escatológico), los equívocos y el uso de la violencia sin traspasar el límite de la calificación "R" (de ahí que Ted jamás ataque o amenace directamente a Kelly, todo un imposible en un film de hoy día...).

Al carisma del trío lo respaldan, eso sí, secundarios brillantes como Ike Barinholtz, Jerrod Carmichael, el hermano pequeño de James Franco, Dave, o Lisa Kudrow, a quien siempre es un placer ver y escuchar, todos llevados por la mala uva, diálogos afilados y un ritmo ágil (a menudo frenético). Más que confirmado estaba su triunfo en las taquillas de medio Mundo.
Pudo ser más negra y original y menos caótica, pero no importa. Sus chistes de "freakismo" cinéfilo son los mejores que he visto y el famoso colofón, pese a no servir para nada, es otro momento hilarante de pura improvisación entre Rogen y Efron.
Chris Jiménez
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