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Voto de Chris Jiménez:
6
Intriga. Romance Un atractivo vividor coincide en el tren con una joven ingenua que acabará teniendo que pagarle el billete. Más adelante, vuelven a encontrarse en una fiesta y, tras un breve romance, ella decide casarse con él, a pesar de la oposición de su padre. Considerada por todos, incluida su familia, una solterona, está empeñada en demostrarles que alguien la puede amar. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2017
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¿Quién dice que sí?, pero también...¿quién podría negarlo? ¿Acaso conocemos realmente las intenciones de aquél que está a nuestro lado? El comportamiento de las personas es extraño y a veces suceden cosas que no podemos creer.
Alfred Hitchcock siempre jugó bien con la ambigüedad del ser humano en sus obras más oscuras...

Ésta, no obstante, es la que quizás de mejor manera lo exponga, y a la vez más torpemente; un sentimiento encontrado es lo que muchos de sus fanáticos tenemos con respecto a "Sospecha", que llega en una época de su vida donde abundan los cambios y la obligación a adaptarse, al sistema "hollywoodiense", a las exigencias de David Selznick y al hecho de que su Inglaterra natal está más cerca que EE.UU. del estallido de la 2.ª Guerra Mundial. Ha rodado la desconcertante "screwball comedy" "Mr. and Mrs. Smith" y se dispone a aceptar un proyecto que va a pasar por una evolución.
De película de serie "B" a gran producción cuando se la agencia RKO, con la ingeniosa y terrible novela criminal "Before the Fact" del inglés Anthony B. Cox (camuflado como Francis Iles) de punto de partida; el director acostumbra a hacer su particular versión de la historia junto a su esposa Alma y otros guionistas, y acabará contando con una pareja infalible de cara a la taquilla: su musa de "Rebecca", Joan Fontaine, y Cary Grant, uno de los rostros más cotizados en el Hollywood del momento, que tendrá aquí la primera de sus muchas colaboraciones con el cineasta.

Es precisamente la inclusión de este divo inigualable lo que va a hacer que muchas cosas no salgan como el anterior quiere. El tono inicial, de hecho, sigue resultando ajeno a las clásicas intrigas "hitchcockianas"; parece que impera una ligereza más propia de las "screwball" a partir de ese encuentro en el tren entre la preciosa Lina y el muy caradura John. Y si en algo se relaciona con ese género tan propio de Lubitsch o Cukor es en su intromisión en ambientes sofisticados y personajes refinados de la alta sociedad, mientras una guerra de sexos entre los protagonistas define las pautas de la trama.
Su enamoramiento se aleja de la melodramática melancolía que invadía las interacciones de la pareja de "Rebecca", no obstante el director, siempre desde el punto de vista de Lina (como en la novela), teje sospechas y dudas alrededor de Johnny, cuyas mentiras y actos indecentes salen pronto a la luz. Asimismo, los detalles más escabrosos y oscuros del texto original se atenúan en un acto vergonzoso de no manchar la imagen que tiene el público de la época del sr. Grant; no habrá, por tanto, implicación de su personaje en la muerte del padre de Lina, por ejemplo (en su lugar se reemplaza por su mero deseo frustrado de heredar la fortuna familiar...).

Los descarnados y retorcidos actos del John de Anthony B. Cox, un repulsivo criminal de mala familia cuya habilidad para pasar desapercibido ante todos le hace aún más siniestro si cabe, aquí son deliberaciones y conjeturas que va uniendo su esposa, esa Fontaine dispuesta a explotar su condición de víctima femenina de la perversidad masculina, y sin mover un dedo por ello (...lo que le hace a uno detestarla en exceso, aunque ninguno de los dos es susceptible de ganarse nuestra simpatía). Símbolos y pistas muy del gusto del universo Hitchcock terminan por cambiar el ambiente, asfixiarlo en una tensión latente, con la llegada de dos personajes también muy personales del director.
El simpático Gordon, quien definitivamente dispara las dudas de Lina, y la escritora de novelas de misterio Isobel, cuya naturaleza también cambia en comparación con el libro (donde conspiraba con John en sus horripilantes planes para acabar con la esposa). Huelga decir que a Grant le habría encantado un papel de asesino si el estudio se lo hubiera permitido, mientras Hitchcock veía en él al actor ideal para encarnar a ese moderno "Barba-azul", ora siniestro, ora adorable; pero nada causa tanta desolación, incluso cólera, como la resignación impotente de Lina (desagradable en extremo para el espectador actual resultará cuando rompe la carta en pedazos...).

Para recordar, la desvergonzada conversación en la mesa sobre los métodos de asesinato, incrementándose la sensación de desasosiego que embarga a Lina; momento genial que figura entre los preferidos del inglés, pues forma parte de la naturaleza morbosa de sus obras y que de algún modo u otro siempre se iría repitiendo (en "Extraños en un Tren", en "La Soga"...). La parte más interesante de la película llega entonces durante este último tramo, donde un vaso de leche como elemento de la incertidumbre y unas escaleras como perfecto elemento espacial de la mutación, transforman al otrora galán en un ser aterrador envuelto totalmente en tinieblas.
Instante memorable donde los haya de la Historia del cine cuyas atmósferas de invasiva maldad remiten a las del expresionismo de Lang o Ulmer; sólo por esta gran secuencia el film bien merece un visionado, si bien esa figuración del Mal queda reducida a una sospecha evitable por pura sensatez. El inglés siempre se lamentaría de doblegarse ante las reglas del estudio y de alterar el personaje principal, así el atroz acto de asesinato se deja difuminado por la ambigüedad, de manera facilona, precipitada, torpe y acorde con el espíritu de la América bienpensante de los '40, nada que ver con la malicia británica de la obra de Cox.

"Sospecha", que en cuestiones técnicas y artísticas es una auténtico deleite, encanta a buena parte de los espectadores, hace dudar a los críticos, quienes culpan a la resolución elegida, y le otorga el Oscar a Fontaine (incomprensiblemente, porque en absoluto se lo merecía).
Primer trabajo Hitchcock/Grant que gracias a Dios les llevaría a acometer mejores colaboraciones en el futuro; entonces el primero se deja de empachosas intrigas románticas y pasa a la acción con "Sabotaje", rindiendo homenaje a los trepidantes "thrillers" que adornaron su primera etapa...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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