Bueno, la verdad es que a ellos ya les pilla la cosa un poco atrás (curioso, ¿no?), pero en aquella época significaba que nuestros queridos amigos Marty y Emmett volvían para hacérnoslo pasar bomba con sus aventuras montados en el DeLorean, y nada menos que viajando 30 años hacia el futuro.

Seguro que ni Michael Fox, ni Bog Gale, ni Robert Zemeckis pudieron siquiera imaginar el desorbitado éxito que tendría "Regreso al Futuro", pero así fue. Invirtiendo en el proyecto unos 20 millones de dólares obtuvieron a nivel mundial una recaudación de casi 400 millones, que se dice pronto, y siendo su film uno de los mayores logros de su época. Estaba cantado que los de la Universal iban a exigir poco después al tándem Gale/Zemeckis que prepararan una segunda parte.
Aunque tardó mucho en llegar, ya que éstos no pretendían crear ninguna franquicia, alegando que lo del final de la primera, donde se ve al coche volando y preparándose para viajar de nuevo en el tiempo, fue una especie de broma, para dar a entender al público que las aventuras continuarían. Pero tras cinco años por fin se dio luz verde a una secuela.

Zemeckis venía de hacer la también exitosa "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" y logró reclutar a toda la tropa de la original, salvo a Crispin Glover (lo que daría pie a un giro de la historia muy significativo) y a Claudia Wells, que tuvo que declinar por la enfermedad que sufría su madre, siendo reemplazada por Elisabeth Shue (aunque yo siempre preferiré a Wells...). Para empezar, Gale y Zemeckis situaron la primera "Regreso al Futuro" en los '50 por la nostalgia de aquella época tan inocente, clásica y ñoña, pero ahora los protas van al futuro, así que eso plantea nuevos retos.
Lo mejor es que, al tratarse esto de una comedia, no vemos un futuro como el de "Blade Runner" o "Mad Max", sino un futuro optimista, alegre y llamativo, logrando una ambientación increíble, muy excesiva, muy ochentera, muy de la época, con ciertos tics y detalles chocantes, teniendo en cuenta que estamos en 2.017 y que las cosas no son como las pintaron Zemeckis y su equipo, aunque ojalá lo fuesen (¡seguro que algún día se ponen de moda los bolsillos por fuera!). Aunque este sólo es una pequeña parte de lo que nos tenían preparado.

Esta segunda parte es a "Regreso al Futuro" lo que fue "El Imperio Contraataca" a "Star Wars" o "El Templo Maldito" a "Indiana Jones", es decir, su reverso más tenebroso. Porque ahora somos testigos de que a Marty no le ha ido tan bien en la vida, luego la historia se voltea, el presente cambia, nos topamos con realidades alternativas, con paradojas temporales acojonantes y enredadas, Biff es el padrastro de Marty, todo se ha ido a pique en Hill Valley, y hay que hacer algo inmediatamente.
La secuela gana mucho por poseer ese toque tan oscuro y sombrío del cual la anterior carecía, desarrollándose la trama con una sucesión de acontecimientos desbordantes de originalidad (es la leche cuando Marty vuelve al '55 y ve de nuevo los momentos que protagonizó en la primera parte).

La verdad es que los medios y el tiempo de trabajo que emplearon en la secuela es digno de admiración. Los actores tuvieron que esforzarse el doble, ya que tuvieron que interpretar sus mismos personajes con distintas edades. En el caso de J. Fox éste se esforzó el cuádruple, ya que tuvo que hacer de él mismo, de él mismo de mayor, de su propio hijo y hasta de su hija. Gran labor del equipo, que logró con un sistema revolucionario para la época combinar en un sólo plano dos o más personajes interpretados por el mismo actor. Quizá para muchos esta segunda parte no alcance el estatus de "mítica" de la de 1.985, y es verdad.
La primera es la primera, pero demonios, esta está tan bien hecha, tan bien construida, los actores están tan increíbles y los efectos y sus giros de guión la convierten en una aventura sin límites tan mágica que se puede poner perfectamente a la altura y figurar en la Historia del cine como imprescindible en el género de la comedia de ciencia-ficción y como uno de los films más importantes de la década de los '80. Además, Zemeckis, Gale y Spielberg volvieron a cubrirse de oro, consiguiendo la friolera de casi 120 millones sólo en Norteamérica...esto es lo que pasaba antes, que en Holywood se hacían películas para amasar millones, sí, pero con ingenio, al contrario que ahora.

Por cierto, es curioso ver a Michael "Flea" Balzary, bajista de los Chili Peppers, haciendo del jefe de Marty, y a Elijah Wood, el futuro Frodo de "El Señor de los Anillos", de crío en la peli; concretamente es uno de los niños que están en el Café de los '80.